
Un cartel LGTBI de una fiesta de moros y cristianos, el colmo del disparate woke
La imagen se ha hecho viral en las redes sociales suscitando un muchas críticas
Las fiestas del municipio valenciano de La Vila Joyosa se están viendo marcadas por un polémico cartel publicado por la asociación AlicantEntiende. Este cartel muestra a un moro y un cristiano, vestidos con sus trajes típicos, besándose. Convirtiendo lo que debía ser una celebración popular enraizada en siglos de historia en un escaparate más de la agenda ideológica woke.

El cartel se ha hecho viral gracias a su difusón por parte de figuras conocidas como Roberto Vaquero. Esto ha reabierto el debate sobre la penetración de la ideología woke en todos los aspectos de nuestras vidas. Incluso las fiestas populares y las tradiciones.
Impacto mediático y tensiones en la convivencia
El gesto, lejos de ser anecdótico, responde a una estrategia política y cultural cada vez más presente. La reinterpretación de fiestas y tradiciones locales a través del prisma de la ideología de género y la narrativa identitaria global.
En este marco, la historia y el simbolismo religioso pasan a un segundo plano. Son sustituidos por mensajes que priorizan la visibilidad de colectivos y causas afines a la corriente progresista.
Muchos interpretan este cartel como una provocación ideológica que, en el contexto de las fiestas, rompe la narrativa original. Lejos de ser un gesto “moderno” o “atrevido”, altera el sentido de una celebración basada en la recreación de un enfrentamiento histórico. Al introducir un mensaje ajeno, desvirtúa el eje central, la conmemoración de la victoria cristiana.
Este tipo de intervenciones suelen buscar también impacto mediático: generan polémica, obligan a posicionarse y, sobre todo, trasladan el debate desde lo cultural y festivo hacia lo político e identitario. La reacción de figuras como Roberto Vaquero confirma que, más que promover la convivencia, estos gestos terminan tensando la convivencia al imponer un relato ideológico sobre un espacio común.
La financiación pública a asociaciones LGTBI como AlicantEntiende forma parte de una estrategia del gobierno. Busca impulsar una agenda ideológica progresista en la sociedad. Con subvenciones y apoyos, se promueven causas que normalizan ciertos discursos en contra de la cultura y tradiciones.
Este respaldo económico sostiene a estas organizaciones y les da peso social. Les permite introducir mensajes del activismo woke en espacios tradicionales. Así, la agenda oficial impulsa cambios que generan tensiones y divisiones.
El patrón es el mismo
En Mallorca, durante la fiesta de San Sebastián, se presentó un cartel con imágenes explícitas y la bandera arcoíris para visibilizar al colectivo LGTBI. La iniciativa generó una fuerte polémica y Abogados Cristianos presentó una querella contra el ayuntamiento por considerar la imagen ofensiva para la religión y las tradiciones.
En Ávila, Vox rechazó incluir actos del Orgullo en las fiestas patronales por “no representar a toda la ciudadanía”. El patrón se repite: se interviene un símbolo cultural con elementos de la agenda progresista global. Se provoca la reacción de quienes lo consideran una afrenta y se aprovecha la polémica como altavoz.
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