Primer plano de Carles Puigdemont
POLÍTICA

Carles Puigdemont carga contra el CEO: 'propaganda' y 'derroche'

Las encuestas muestran un trasvase evidente de votos de Junts a Aliança Catalana

Los resultados de la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat son difíciles de asumir para Junts. Carles Puigdemont, que se quedó a siete diputados de ganar las elecciones del 12 de marzo del año pasado, ahora estaría a 14. La debacle de Junts coincide con una ligera mejoría de ERC y un crecimiento imparable de Aliança Catalana.

Un hombre con gafas y traje oscuro sostiene un micrófono mientras hace un gesto con la mano.

Esto indica claramente que el intento de Carles Puigdemont de centrifugar el movimiento independentista a su alrededor está naufragando. Y que sus intentos por copiar a Aliança Catalana y girar a la derecha en seguridad e inmigración no está funcionando.

En lugar de hacer autocrítica, Carles Puigdemont ha optado por criticar las encuestas y acusar al CEO de instrumento de propaganda. Todo para no reconocer que su liderazgo está de capa caída y que la estrategia de dar bandazos ya no da rédito. Es evidente que Puigdemont anda nervioso, y temeroso de que vuelva el runrún sobre su figura dentro de Junts.

El CEO, bajo sospecha

El presidente de Junts ha valorado los resultados del CEO sin un ápice de autocrítica. En un extenso tuit dice que “los sondeos se han convertido desde hace tiempo en una herramienta de propaganda política” y "derroche de dinero público". Considera que los resultados “persiguen más un efecto político que aportar datos para el análisis del momento”.

Puigdemont ha recurrido como ejemplo a las encuestas del CEO anteriores a las elecciones catalanas de 2024. Unas encuestas que efectivamente fueron muy criticadas por haber inflado los resultados de ERC (le daban 37 escaños y sacó 20) y la de sus potenciales socios. También falló con Junts, cuyos resultados superaron lo que marcaban los sondeos.

Aquello generó una oleada de críticas hacia un organismo que cuesta 1,6 millones de euros a los catalanes. Las críticas se centraron en Jordi Muñoz, un afín a ERC que fue la primera víctima tras la debacle electoral. El gobierno de Salvador Illa nombró como sucesor a un exconsejal socialista y exdirector adjunto de la Presidencia con Pasqual Maragall y José Montilla.

El problema de Junts que señala la encuesta

Las críticas de Puigdemont, por lo tanto, tienden su fundamento. Sobre todo cuando dice que los sondeos "hay que cogerlos con mucha prudencia", en especial con el CEO por sus "serias carrencias". 

Pero la crítica al CEO no puede esconder los problemas reales de Junts que nacen en buena medida de la competencia con Sílvia Orriols. Aliança Catalana se está convirtiendo en un dolor de muelas para los de Puigdemont. Y es difícil pensar que el efecto Orriols no tendrá costes electorales para Junts.

Una persona con chaqueta rosa hablando frente a un micrófono en un entorno formal.

Las dificultades de Junts se ven en la errática estrategia de Puigdemont, que a veces copia la agenda de AC y otras tira de postureo contra la extrema derecha. La sumisión al PSOE en Madrid y el aislamiento en el Parlament tampoco benefician al crecimiento de su partido.

El problema para Carles Puigdemont es que otras encuestas independientes del CEO muestran la misma tendencia con algunos matices. El PSC se mantiene, Junts pierde fuelle y Aliança Catalana sigue creciendo. Y esta es una realidad cada vez más palpable que ni siquiera los ataques al CEO pueden esconder.

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