Imagen de los Mossos d'Esquadra durante un operativo en Girona
POLÍTICA

Aumentan los disturbios en las fiestas mayores del Maresme, con ataques a la policía

Detenidos y varios agentes heridos: el nuevo panorama de las celebraciones en algunas localidades catalanas

El Maresme vive un verano marcado por la violencia y la tensión en sus fiestas mayores. Los últimos episodios se han producido en Alella, donde la celebración popular acabó en una batalla campal con agresiones a la policía, lanzamiento de objetos y varias detenciones. Es el tercer municipio de la comarca en menos de tres semanas donde se registran disturbios similares.

La pasada madrugada, la plaza del Hort de la Rectoria y la rambla Ángel Guimerà de Alella fueron el escenario de una pelea multitudinaria entre jóvenes. Al llegar las patrullas de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra, los agentes fueron recibidos con una lluvia de botellas y objetos contundentes.

La intervención policial permitió evitar daños personales graves, pero la tensión se mantuvo durante horas. En total, cinco personas han sido detenidas a lo largo de dos noches consecutivas, acusadas de desórdenes públicos y atentado a la autoridad.

Policía detiene a una persona

Un patrón de violencia que se repite en el Maresme

El caso de Alella no es un hecho aislado. Hace apenas una semana, en Mataró, las fiestas de Les Santes también se saldaron con disturbios y agresiones a los cuerpos policiales. Grupos de personas se resistieron a abandonar el Parc Central al final del baile de fiesta mayor, y los agentes fueron atacados mientras intentaban desalojar la zona para proceder a las tareas de limpieza. Hubo tres detenidos y ocho personas denunciadas por resistencia a la autoridad.

Algo similar sucedió días antes en Llavaneres, durante la conocida como "Noche Joven" de la Fiesta Mayor de La Minerva. Jóvenes de otros municipios provocaron altercados en los alrededores de Ca l'Alfaro. El balance fue de tres mossos heridos, tres detenidos y sanciones a un local por vender alcohol a menores.

La oleada de fiestas de agosto, en el punto de mira

Los disturbios de Alella, Llavaneres y Mataró confirman un patrón que preocupa seriamente a las fuerzas de seguridad. Se trata de la incapacidad de garantizar la convivencia pacífica en las fiestas populares. Las autoridades temen que el mes de agosto agrave aún más esta espiral de violencia.

El Maresme es una comarca con una intensa agenda de fiestas populares, y la reiteración de estos incidentes ha obligado a los cuerpos policiales a reforzar sus dispositivos de seguridad. Los alcaldes de la zona, preocupados por la deriva de los acontecimientos, han reclamado una mayor coordinación policial y una respuesta contundente contra las actitudes violentas.

El problema, sin embargo, va más allá de la coyuntura festiva. La impunidad de los actos vandálicos, el fenómeno de la multirreincidencia y la saturación de recursos policiales complican cualquier actuación preventiva. A ello se suma la percepción creciente de inseguridad entre los vecinos, que ven cómo los disturbios se han convertido en un elemento recurrente de las celebraciones.

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