
El asesinato de Charlie Kirk alerta de un auge de la violencia de la izquierda radical
El globalismo utiliza el terror para eliminar la disidencia ante la pérdida de control del relato
El asesinato a tiros del activista conservador Charlie Kirk ha causado un gran impacto en Estados Unidos y el resto del mundo. El trumpismo alerta de una “guerra civil” provocada por la izquierda radical, mientras el globalismo ‘celebra’ el atentado. Más allá del contexto de Estados Unidos, el asesinato de Kirk confirma un auge de la violencia política destada por la extrema izquierda a raíz de la pérdida de su hegemonía mundial.

Las alarmas saltaron el 15 de mayo de 2024, cuando el primer ministro eslovaco Robert Fico fue tiroteado en un intento de asesinato. El propio Fico ha comparado el atentado contra Kirk con el suyo: “Si no tienes una opinión correcta para los progresistas o los liberales, te disparan”.
Fico lidera un partido originariamente socialdemócrata que ha evolucionada hacia posiciones más conservadoras y euroescépticas. Con el lema “estabilidad, orden y seguridad social”, Fico se alinea en el llamado eje de Visegrado junto a Víktor Orban. El hombre que intentó asesinarlo llevaba años participando en manifestaciones progresistas contra su gobierno.
Otro asesinato político consumado fue el de Miguel Uribe, precandidato del partido conservador colombiano a las elecciones presidenciales. Aunque la investigación sigue en curso, se atribuyó el atentado a las tensiones en el país por las reformas del presidente izquierdista Gustavo Pietro. Uribe era un crítico habitual de Pietro, así que muchos señalan al entorno del presidente por el atentado que ejecutaron varios sicarios.
La escalada de violencia de los últimos meses coincide con un auge de las tendencias ultraconservadoras en el mundo, y el hundimiento del globalismo progresista. El cambio de tendencia, lo que algunos llaman "pendulazo", ha disparado el nerviosismo de la izquierda radical.
Crece el terrorismo de la extrema izquierda
En el caso de Europa, los últimos informes de la Interpol confirman que la izquierda radical es junto al yihadismo la principal amenaza para la seguridad. El terrorismo islamista sigue liderando de largo el número de atentados e intentos de atentado en suelo europeo. Por detrás viene la extrema izquierda, que protagoniza más atentados que la ultraderecha.
Esto se complementa con una violencia política física y verbal, con ataques a sedes y líderes de partidos conservadores. En Cataluña, sin ir más lejos, los últimos informes oficiales alertan de un repunte de la violencia política dirigida sobre todo contra aquellos considerados disidentes.
En Cataluña, las sedes del PSC siguen siendo las más vandalizadas por ataques procedentes sobre todo del independentismo. Estos últimos dos años, sin embargo, se ha notado un cambio de tendencia. Ahora los ataques se dirigen más a partidos como PP, Vox y Aliança Catalana, con ataques perpretrados sobre todo por la izquierda radical.
El asesinato de Kirk lo cambia todo
Los expertos no dudan en señalar el asesinato de Charlie Kirk como una advetencia al trumpismo. No hay que olvidar que el propio Donald Trump ha sido objeto de tres intentos de asesinato. Es significativo que tras el asesinato, líderes de opinión y medios de la izquierda (también en Cataluña) justificaron o relativizaran el ataque.

Algunos apuntan a que la "guerra civil" de la que se venía hablando ya es una realidad en Estados Unidos. Pero el problema va más allá y tiene que ver con el uso de métodos violentos para atemorizar a la disidencia política. Trump ha llamado a la izquierda "el partido del asesinato".
Los nervios de la izquierda y el globalismo tienen que ver con la pérdida de su hegemonía, tanto política (en las elecciones) como de relato. Las redes sociales, fuera de su control, han sustituido a los medios convencionales que servían para disciplinar a las masas. El asesinato de Kirk tiene que ver con eso, señalar a la disidencia mediante el ejercicio del terror.
Más noticias: