
Orriols en RAC1: un anuncio de lo que viene
Silvia Orriols sorprendía al protagonizar un momento tenso en directo en plena entrevista en la emisora

Apareció ayer Silvia Orriols, durante apenas 20 minutos, en el programa de Jordi Basté, como quien sobrevuela en helicóptero un cementerio de elefantes. Al otro lado del micrófono, además de Basté, estaban Màrius Carol y Mònica Terribas, enarbolando el discurso obsoleto de la decadencia progre.
El mejor momento fue cuando, ante las interrupciones histéricas de Terribes, la alcaldesa de Ripoll dijo: "Si no me dejan explicarme, yo me voy, no tengo ninguna necesidad de estar en RAC1, son ustedes los que me han llamado". ¿Alguien puede imaginarse a un candidato al Parlament, en los últimos 20 años, diciendo que no tiene ninguna necesidad de aparecer en RAC1? El golpe directo a la mandíbula de Basté fue doloroso por su crudísima carga de verdad.

Aliança Catalana crece y crecerá sin el apoyo del mainstream mediático; es más, el maltrato sistemático que recibe desde las plataformas periodísticas tradicionales ha sido y será un factor favorable para ellos. Sucedió con Trump, con Milei, con Le Pen, con Tommy Robinson, con Meloni. El cordón sanitario se convierte en banda de honor.
Mònica Terribes, criatura nefasta, urticante, en total decadencia, intentó confrontar a Orriols con los viejos clichés de la izquierda sobre "personas vulnerables" y demás tonterías. Daba la impresión de que a Orriols le hubiera bastado responder con monosílabos:
Está usted diciendo que …
Sí.
La izquierda contempla el mundo de manera tan distorsionada y mezquina, que ya apenas tratan con la realidad más que de vez en cuando, por algún azar. Aún no han conseguido explicar por qué defienden a un emigrante que no cotiza ni paga impuestos, pero atacarían a cualquier autóctono que no cotizara ni pagara impuestos. Estas verdades tan diáfanas, tan luminosas y sencillas, el ciudadano atribulado las entiende perfectamente. Terribes, en cambio, insiste en su pose de afilada analista mientras el mundo se derrumba a su alrededor.

El caso de Carol es más cómico, porque al menos Terribes intenta hacer algo de daño. Carol se ha dedicado durante años a decir una cosa y la contraria, en medio de la indiferencia generalizada, y ahora ya va quedando claro que solo es un señor que va a restaurantes caros. No tuvo la menor intención de incomodar a la Orriols como nunca ha intentado incomodar a nadie. Con Basté forman una pareja que recuerda de manera alarmante a el Oso Yogui y Bubú, alegres saqueadores de la repostería ajena.
“No necesito estar en RAC1”. Es la frase más poderosa dicha en política catalana en muchos años. Hay Orriols para rato.
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