Montaje de Sandra Ferrer con un vestido de encaje blanco junto a un retrato antiguo de María Isidra de Guzmán con vestimenta oscura, sobre un fondo rosa con líneas diagonales.
OPINIÓN

Sandra Ferrer Valero nos habla de la primera mujer doctora en España

María Isidra de Guzmán, a pesar de su gran mérito, es una gran desconocida porque en el modelo feminista posterior prevalecieron las diferencias de clase al género o a la capacidad

Imagen del Blog de Joaquín Rivera Chamorro

Hoy es 5 de marzo, les confieso que, una vez se han escrito más de cincuenta artículos relacionados con la historia y con vocación divulgativa, para inspirarme en el siguiente, tiro de las efemérides que suelo publicar en la red social X; de ese modo, puedo abordar un episodio más de la historia de España, sin tener que quedarme mirando al techo durante tres horas para no repetirme.

En esta ocasión, en mis mensajes del año pasado, encontré a María Isidra de Guzmán, la primera mujer en alcanzar el grado de doctor universitario en nuestro país. No disponía de mucha información de ella, así que, para evitar la impostura de copiar lo que escribieron otros, pensé que sería más honesto preguntar a quién ha investigado de verdad sobre el personaje.

Inmediatamente pensé en Sandra Ferrer Valero, una habitual en mi canal de YouTube y la mujer que más ha escrito sobre mujeres en la historia. Abordó a María Isidra de Guzmán en su libro La Revolución de las invisibles, que ya va por su segunda edición y que está lleno de inspiradoras biografías de las que no tenían nada fácil desarrollar sus capacidades en un mundo preeminentemente masculino.

Sandra Ferrer de pie junto a una pantalla que muestra un retrato clásico de María Isidro Guzmán en un entorno al aire libre.

Sandra es una persona afable, de esas a las que no les cuesta regalar una sonrisa, pero al mismo tiempo es firme y elocuente. Conoce a sus "chicas", porque así las llama, como el camino que le lleva todos los días al trabajo. Ha profundizado todo lo que la poca documentación que habla sobre ellas le ha permitido profundizar y tiene una característica que yo valoro especialmente: el interpretar a sus personajes con una mirada aséptica en cuanto a su procedencia. Para ella, son tan protagonistas las aristócratas, como las campesinas, o las burguesas como las obreras. Porque lo que las une son las dificultades para alcanzar logros solo por el hecho de haber nacido mujeres.

Le propongo una entrevista por vía telefónica. Sandra casi nunca dice que no. Es domingo, en ese momento en el que el fin de semana agoniza y el atardecer aparece con cierta tristeza vaticinando que el mundo vuelve a ponerse en marcha al día siguiente. No obstante, si la llaman para hablar de sus "chicas", ahí está ella, presta a informar, a divulgar, a inspirar con quienes nos precedieron.

Tenía previsto hacer una entrevista de quince minutos, pero nos vamos a mucho más de media hora. Su conocimiento es tan amplio que se deja llevar y convierte en una infamia intentar interrumpirla.

- María Isidra de Guzmán y la Cerda es una de las protagonistas de tu libro, la Revolución de las invisibles, que ya va por su segunda edición y que ha sido un auténtico éxito. Lo que sabemos de esta mujer es que fue la primera española en alcanzar el título de doctora, y lo hizo, además, en el siglo XVIII, nada más y nada menos. ¿Cómo pudo ser que llegara a tener acceso a tan alto nivel?

- Por su origen aristocrático, sus padres eran dos grandes de España, que ya es mucho decir. Desde muy niña, sus tutores se percataron de su enorme capacidad e inteligencia, y eso motivó a sus progenitores a que elevaran al mismo rey Carlos III la petición de que ingresara en la Universidad. Una petición completamente excepcional. En ese momento, la Universidad de Alcalá no gozaba del prestigio que había tenido en el pasado, por lo que Carlos III vería una posibilidad de potenciar el centro. Sin duda, también contribuyó que sus padres tuvieran mente abierta. María Isidra consiguió el doctorado con tan solo 17 años, lo que supone un logro que da una imagen de lo extraordinario del caso. No por la edad, que tendría homólogos masculinos, sino por su condición de mujer, de las que se pensaba que eran menos inteligentes que los hombres.

Retrato de María Isidro Guzmán con un peinado voluminoso y un lazo azul en la cabeza.

- Es especialmente recordada en la Universidad de Alcalá de Henares, donde fue catedrática. La verdad es que es una gran desconocida para el gran público ¿Crees que sus méritos no reciben especial atención por su origen aristocrático?

- Para el modelo feminista posterior prevalecieron las diferencias de clase al género o la capacidad. Hay que tener en cuenta que las mujeres que surgen con el movimiento obrero consideraban a las sufragistas como burguesas, renegando de ellas en sus primeras fases. Margarita Nelken, la diputada socialista que acompañó en las Cortes Constituyentes de 1931 a Clara Campoamor y a Victoria Kent como únicas mujeres en el hemiciclo, confesaba que una de las razones de la falta de unidad femenina había sido la separación entre mujeres católicas y laicas, algo que no consiguió superarse y que se vio reflejado durante la Segunda República y la Guerra Civil.

- A pesar de su condición noble, ¿Crees que era fácil en pleno siglo XVIII, en plena vigencia del Despotismo Ilustrado, que una mujer pudiera abrirse paso en un campo tan complejo como el de la Universidad?

- Ella fue la primera, no era nada habitual. La ilustración en España, como en el resto de Europa, fue un movimiento que estuvo regido por hombres y donde la mujer seguía teniendo un papel secundario, reducido al hogar y el cuidado de los hijos. Es un momento extraordinario.

- ¿Por qué el título de "las invisibles"?

- Porque son invisibles en los libros de historia general, a excepción de alguna reina o mujer muy excepcional y de ellas se habla muy tangencialmente. Porque son invisibles a menudo para el gran público y nos perdemos historias verdaderamente apasionantes.

- En tu opinión ¿Cuál es la época más compleja para el desarrollo o la igualdad entre hombres y mujeres a lo largo de la historia anterior al siglo xx?

- Por desgracia, todas las épocas han sido complejas. Quizás el momento más difícil sea cuando empiezan a tener voz, a partir de la Edad Moderna, cada vez con más amplitud y proyección pública, por lo que el nerviosismo empezó a ser generalizado entre los hombres.

- ¿Por qué te dio por escribir sobre las mujeres en la historia?

- Siempre me ha apasionado la historia y cuando me di cuenta de que de nosotras se hablaba muy poco y descubrí que había muchos nombres que nunca había oído en la escuela, en los libros, en la televisión, me dije, "hay que hacer algo para solventar esta injusticia permanente".

Retrato de una mujer vestida de manera elegante con un vestido oscuro y un collar, sosteniendo un documento en una mano, con un fondo de cortinas y estanterías.

- ¿Tienes algún personaje favorito entre todas las mujeres a las que has dado espacio en tus obras?

- Me es muy difícil escoger solo una, pero si me lo preguntas, te diré que Hildegarda de Bingen. Fue una de las protagonistas de mi primer libro, Mujeres Silenciadas en la Edad Media y quizás por eso le tengo tanto cariño. Y porque fue una mujer verdaderamente apasionante, inteligente y polifacética de la que se ha hablado muy poco.

- ¿Es la historia de España prolífica en mujeres relevantes en el pasado, o por el contrario, lo tenían más difíciles las españolas que otras europeas?

- La situación de las mujeres en Occidente ha tenido, a grandes rasgos, caminos muy similares. El analfabetismo, la reclusión en el hogar, entre otros factores, han sido comunes en muchos países. Lo que quizás nos ha diferenciado es la poca movilización social que, a diferencia de otros lugares de Europa y América, como Inglaterra o Estados Unidos, ha habido en cuestiones reivindicativas en el ámbito feminista.

- Tu último libro habla de las mujeres en el renacimiento, ¿por qué apostaste por esa época?

- Es una época preciosa, a nivel político, artístico, social, en la que las mujeres aparecen como grandes musas o perversas arpías. Pero en los primeros siglos de la Era Moderna tuvimos reinas, gobernadoras, regentes, pintoras, científicas, humanistas que si no hicieron más fue porque no se las dejó.

- ¿Tienes algo de público masculino, aparte de mí y los chicos de tu propia familia?

- La verdad es que sí. Hay muchos hombres apasionados por la historia en general e historiadores y grandes expertos en épocas concretas en particular que me siguen y con los que he creado una red de conocimientos muy bonita. Las redes pueden ser, también, un entorno muy enriquecedor.

- ¿Cuánto tiempo libre tienes a la semana?

- Muy poco. Una hora al día.

- ¿Qué es lo que más te llena como escritora?

- Los ratos que paso en silencio compartiéndolos con todas esas mujeres apasionantes que me hablan desde su tiempo y espacio y a las que, desde mi humilde posición, intento dar voz. Y por supuesto recibir mensajes de profesores, estudiantes, personas apasionadas por la historia que me dicen que mi trabajo les ha sido útil.

- ¿Y lo que menos?

- No poder profesionalizar al 100% mi pasión.

- Tortilla con o sin cebolla.

- Sin cebolla.

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