Dos hombres con trajes formales sobre un fondo rosa con líneas negras.
OPINIÓN

Puigdemont rompe con el PSOE

El expresident reafirma su ruptura con el PSOE mientras su figura se diluye entre la irrelevancia política y la nostalgia independentista

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Nuestro más entrañable especialista en rupturas, el gran Carles Puigdemont, ha anunciado la ruptura con el PSOE, cuya investidura apoyó después de prometer explícitamente que no lo haría. Si la relación de Pedro Sánchez con la verdad es, como poco, problemática, la de Puigdemont es transparente como el agua clara: no miente, sino que produce verbalizaciones vacuas, desprovistas de cualquier peso o consecuencia, como un pajarito que canta su canción desde la jaula dorada de Waterloo.

Puigdemont ha ganado, con los años pasados desde 2017, el rango de trasto viejo con el que no se sabe muy bien qué hacer. Hay un cierto eco sentimental en torno a su figura, que fuerza al independentismo a mantenerlo con vida, pero su capacidad de aportar valor real es nula. La última vez que prometió una ruptura solemne acabó huyendo a Bélgica como un estafador de viudas. Esta vez quizás aparezca en el Polo Norte o en las junglas de Borneo.

Hombre de cabello canoso y gafas con chaqueta azul y camisa clara señalando con ambas manos frente a un fondo blanco

Por debajo de Puigdemont tenemos a toda la troupe de farsantes de Junts x Cash, encabezados por el dúo cómico Rull & Turull: el primero se dedica a dar tres entrevistas diarias en TV3 y Rac1, el segundo preside el Parlament como quien hace la siesta, solo despertando de vez en cuando para atacar a Silvia Orriols de forma ridícula. En Madrid sigue Míriam Nogueras, cuyo valor político consiste únicamente en que abre mucho los ojos cuando habla: parece poco, pero en estos tiempos de miseria moral resulta más que suficiente para embolsarse durante una legislatura un hermoso sueldo de seis cifras pagado por el malvado estado opresor.

La izquierda no votará jamás Junts x Cash; la gente de orden ahora tiene a quien votar (VOX o AC) de manera que el destino de Puigdemont es la más clamorosa irrelevancia. Pusieron su destino en manos de la Cup, de Vicent Partal, de Joan Bonanit y de la Eléctrica Dharma y aún se sorprenden de los resultados.

Mujer de cabello largo y liso hablando en un podio de madera con fondo de paneles de madera

El votante catalán quizás no se haya decantado finalmente por la derecha, pero ciertamente está hasta las narices de la izquierda palestina y transexual; el votante catalán viene dando síntomas de que no quiere ser apuñalado y violado mientras okupan su domicilio y lo convierten al Islam. Si el espacio heredero del pujolismo no entiende una situación tan sencilla, otros lo harán, y sacarán los frutos electorales correspondientes.

Especial mención, en todo este laberinto de idiotez, al insigne Toni Comín, de quien no se tiene noticias desde hace tiempo. Una vez consiguió hundir el Consell per la República, debe de estar buscando nuevos espacios políticos que devastar, es decir, nuevas masas de incautos que financien (llevados por la ceguera histérica) su muy peculiar forma de vida. Un saludo desde aquí.

➡️ Opinión

Más noticias: