Un buen alcalde

La política municipal es complicada y a menudo muy poco agradecida. El contacto directo con los vecinos, con los que tienes que rendir cuentas, ya que son los que te eligen, y la ausencia en la mayoría de casos de medidas de seguridad personal para los alcaldes, como sí que tienen presidentes, consejeros o ministros, hacen que en algunas ocasiones incluso se convierta en un deporte de riesgo. Pues en cualquier momento del día, en cualquier lugar de la ciudad, alguien te puede reclamar cualquier cosa.

Es por todo esto que, cuando alguien lo ha hecho muy bien, a lo largo de décadas de dedicación y servicio público, hay que decirlo y valorarlo. Y este es el caso de Pep Bega y Vayreda, hasta este martes, alcalde de la ciudad de Olot. Pep, un hombre cercano y afable, ha dedicado gran parte de su vida y de sus esfuerzos a Olot, la ciudad que quiere. Anteponiendo, en muchas ocasiones, su trabajo a la familia, los amigos y sus aficiones. Y a hacer algo más en política que ser un cargo municipal. Pues de oportunidades ha tenido.

Olot le debe mucho a Pep. El hombre que tenía la ciudad en la cabeza, ejerciendo de mano derecha del anterior alcalde, y que heredó de forma merecida el hecho de ser cabeza de lista de Convergència y posteriormente de Junts. Aunque a veces la creación de las listas y los equipos que ha montado no le han hecho justicia, y esto se ha notado en las urnas, su única presencia como candidato ha permitido a su partido mantener un feudo tan importante como la capital de la Garrotxa.

Este martes, después de tantos años dedicados en cuerpo y alma a Olot que ha conseguido transformar, aunque para ser justos, y debido también a la complejidad de una ciudad con un fenómeno migratorio tan importante, dejando deberes importantes por acabar, Pep ha dicho adiós. Ha puesto punto final a su etapa en el Ayuntamiento de Olot, a la alcaldía y de paso, también, a la política. Evidenciando que, cuando lo has sido todo, en su caso dirigir su ciudad, tampoco hace falta prodigarse más por otras administraciones por el simple hecho de ostentar un cargo y tener un buen sueldo. Hasta en esto, en su salida, Pep ha sido elegante.