Montaje de fotos del príncipe Harry en primer plano mirando a cámara con el rostro serio y a su lado, Meghan Markle, sobre un fondo negro.
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La última foto de Meghan Markle enfada al Reino Unido y crea un problema a Harry

Lo último de Meghan Markle desata una nueva polémica y coloca al duque de Sussex en el punto de mira

Meghan Markle vuelve a estar en el centro de la controversia. Una fotografía en la que se la ve bajando de un jet privado ha desatado un aluvión de críticas. La imagen fue tomada en California, tras su regreso de Canadá, donde había estado acompañando al príncipe Harry en los Juegos Invictus.

Mientras Harry permaneció en el país para asistir a los eventos finales del torneo, Meghan optó por volver sola a su hogar en Montecito, un detalle que no pasó desapercibido.

Una imagen que ha generado indignación

Su llegada en un lujoso avión privado ha generado indignación, especialmente por la huella de carbono y la aparente contradicción con su discurso ambientalista. El alto coste del viaje y las emisiones contaminantes han enfurecido a muchos, especialmente porque la duquesa de Sussex ha sido reconocida en el pasado como un referente en causas medioambientales. Su vuelo desde Canadá hasta California habría generado más de seis toneladas de CO₂, lo que ha sido señalado como una contradicción con su discurso.

Meghan Markle aplaudiendo con expresión seria en un evento.

La indignación ha crecido aún más en conocerse que el trayecto incluyó una escala de 30 minutos en Seattle antes de aterrizar en Santa Bárbara. Muchos se preguntan por qué no optó por un vuelo comercial si realmente está comprometida con la sostenibilidad.

Lujo, emisiones y una escala misteriosa

El vuelo privado en el que Meghan regresó a California, un Bombardier CL-600, está valorado en 9 millones de dólares y tiene capacidad para diez pasajeros. Según cálculos, el costo del trayecto osciló entre 21.000 y 30.000 dólares.

Además del gasto, el impacto ambiental del vuelo ha sido uno de los puntos más criticados. Se estima que el avión quemó unos 800 galones de combustible y emitió más de seis toneladas de CO₂, equivalente al peso de un elefante.

Una pareja sentada en el suelo, formada por Meghan Markle y el príncipe Harry, abraza a un perro beagle en una habitación.

La controversia no solo se centra en la contaminación, sino también en la escala en Seattle, de la que no se han dado explicaciones. El motivo de esta parada sigue siendo un misterio, lo que ha dado pie a especulaciones sobre si se trató de una reunión privada o un simple repostaje.

El debate sobre la coherencia de Meghan Markle

Esta situación ha reabierto el debate sobre la coherencia entre el activismo ambiental de los Sussex y sus acciones. En 2021, la pareja fue galardonada como referente ecológico, lo que hace que este tipo de decisiones sean aún más cuestionadas por la opinión pública.

En redes sociales, usuarios han señalado la aparente contradicción de Meghan al hablar sobre sostenibilidad mientras recurre a medios de transporte altamente contaminantes. "Es difícil tomarlos en serio cuando hacen lo contrario de lo que predican", comentaba un usuario en una de las publicaciones sobre el tema.

Por el momento, ni Meghan ni su equipo han respondido a las críticas. Sin embargo, el debate sigue creciendo, y muchos se preguntan si esta nueva polémica afectará la imagen pública de la duquesa de Sussex.

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