Primeras palabras de la madre de Àlex Casademunt 4 años después de su muerte: 'Estoy…'

Perder a un hijo es la herida más profunda que puede sufrir un ser humano. No hay palabras ni consuelo posible ante una ausencia tan brutal. Cuatro años después del trágico accidente que costó la vida a Àlex Casademunt, su madre Rosa ha concedido una emotiva entrevista.

Lo ha hecho en el programa Y ahora Sonsoles, donde ha compartido, por primera vez, cómo vivió aquella noche que partió su vida en dos. Àlex fue uno de los rostros más carismáticos de la primera edición de Operación Triunfo.

Tenía solo 39 años cuando, en marzo de 2021, perdió la vida en un accidente de tráfico en Mataró. Dejaba una hija pequeña, Bruna, y una legión de fans que todavía lo recuerdan con cariño.

Àlex Casademunt falleció tras un trágico accidente

Rosa ha explicado que fue su hija quien la llamó: "Mi hija se quedó en silencio, solo decía ‘Àlex, Àlex, Àlex’. Sabía que algo le había pasado". En ese momento, cogió el coche para ir en busca del padre de Àlex, con quien, pese al divorcio, mantenía una buena relación.

Ambos acudieron juntos al lugar del accidente. Rosa recuerda que siempre advertía a su hijo sobre la velocidad, pero aquel día no imaginaba la magnitud del suceso. Àlex había salido de casa para llevar a su hija y nunca regresó.

Desde entonces, asegura, nada volvió a ser igual. "Quedé en shock y desde entonces todo se vino abajo", confiesa. Pese al dolor, encuentra consuelo en la idea de que su hijo sigue acompañándola.

"Yo estoy convencidísima de que está conmigo, en todos sitios y en todas partes". Amigos del cantante también le han contado que sienten su presencia.

El dolor no cesa

A la tristeza por la muerte de Àlex se ha sumado, recientemente, la pérdida del padre del artista. "Aunque estábamos divorciados, éramos como hermanos", cuenta Rosa. "Íbamos a su casa, cantábamos canciones de Àlex y me iba con la lágrima, vaya años".

Bruna, la hija de Àlex, era "su todo". Aunque en los primeros días no fue capaz de pronunciar el nombre de su padre, con ayuda de psicólogos aprendió a recordarlo de forma luminosa.

Rosa relata que una noche, la pequeña miró al cielo, vio la estrella más brillante y cantó para él, como le habían enseñado. "Bruna es una mini Àlex", dice. "Muy especial, como lo era su padre".