Hombre de cabello oscuro y barba frente a un paisaje de un pueblo costero con mar y casas de tejas rojas
CORAZÓN

El pueblo de la Costa Brava que marcó a Andrés Velencoso: encanto mediterráneo

Fue el escenario de su adolescencia, donde trabajó con su familia y que hoy ha elegido como su hogar junto al mar

Andrés Velencoso es uno de los modelos españoles más internacionales. Ha trabajado para Chanel, Louis Vuitton o Jean Paul Gaultier, y ha protagonizado campañas con alcance mundial. También se ha abierto paso en el cine y la televisión, con papeles en producciones de éxito.

Su tierra natal es Ledaña, en la provincia de Cuenca. Allí nació en 1978, pero otro lugar marcaría de forma decisiva su vida. Fue en ese rincón de la Costa Brava donde pasó la adolescencia, trabajó con su familia y construyó los recuerdos que aún lo acompañan.

Modelos desfilando en una pasarela de moda con elegantes atuendos negros y fondo iluminado

Hoy es también el lugar donde reside. Después de recorrer medio mundo por motivos profesionales, ha elegido ese escenario mediterráneo como hogar estable. Un regreso que combina calma, raíces y cercanía a los suyos.

Un pueblo amurallado frente al mar

Quien llega allí encuentra un paisaje singular. Murallas medievales se alzan frente al Mediterráneo, con torres y un faro que dominan la bahía. El casco antiguo guarda callejuelas empedradas que parecen detenidas en el tiempo.

Vista panorámica de un pueblo con casas de techos rojizos y una iglesia antigua al fondo rodeada de colinas verdes

Ese lugar es Tossa de Mar, en la Costa Brava. Su Vila Vella, declarada monumento histórico-artístico, es el único recinto fortificado de la costa catalana que se conserva en pie. Desde sus murallas, el horizonte marino se extiende hasta perderse de vista.

Calle adoquinada con mesas de restaurante al aire libre junto a una muralla de piedra y una torre medieval

El pueblo combina historia y turismo. En verano recibe muchos visitantes, pero el resto del año mantiene la calma y la rutina vecinal. Es un lugar que atrapa a quienes lo descubren.

Qué ver y disfrutar en Tossa de Mar

Tossa destaca sobre todo por sus playas, que se encuentran entre las más famosas de la Costa Brava. La Platja Gran, a los pies del casco antiguo, ofrece la estampa más reconocida con las murallas como telón de fondo. Muy cerca, la cala Es Codolar brinda un ambiente más íntimo, y el Camí de Ronda conecta con calas como Pola y Giverola.

Playa con sombrillas de colores junto a un castillo medieval y acantilados rodeados de vegetación

El patrimonio añade otra dimensión a la visita. El Museu Municipal exhibe mosaicos romanos de la antigua villa dels Ametllers y obras de artistas que se inspiraron en el pueblo, como Marc Chagall. También destaca la iglesia parroquial de Sant Vicenç, del siglo XVIII, con su interior neoclásico y ambiente solemne en pleno centro de la villa.

Interior de una iglesia con bancas de madera, columnas altas y un altar al fondo bajo una cúpula decorada

La vida cultural se refleja en fiestas marineras, ferias y tradiciones que llenan el calendario local. Y la mesa pone la guinda: el suquet de peix es el plato estrella, acompañado de arroces, fideuá y tapas marineras servidas frente al mar.

Estatua religiosa rodeada de rosas rojas con un castillo y una bandera catalana al fondo

El vínculo de Andrés Velencoso con Tossa

Velencoso llegó a Tossa de Mar siendo un adolescente. Su familia abrió allí el restaurante Casa Andrés, y él comenzó a trabajar en el negocio desde muy joven. Aquella etapa lo unió al pueblo y forjó un apego que nunca ha desaparecido.

La moda lo llevó lejos, con años de vida en Nueva York, Londres o Barcelona. Pero, pese al éxito, siempre regresaba a Tossa para descansar y reencontrarse con los suyos. Era su refugio frente al ritmo frenético de las pasarelas.

Un hombre sonriente aparece en un círculo sobre una imagen de una playa con un castillo antiguo al fondo rodeado de árboles y murallas.

Tras la pandemia dio un paso definitivo. Decidió comprar una casa en el pueblo y establecerse allí todo el año. Lo hizo para estar cerca de su familia, disfrutar de la calma y recuperar rutinas sencillas que tanto valora.

Hoy su vida transcurre entre rodajes, sesiones de fotos y paseos por las calles que conoce desde la adolescencia. Como él mismo resumió al explicar su regreso: “Soy de los que pensaron que se querían ir a vivir al pueblo”.

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