
Miguel Ángel Muñoz y su rincón favorito de Cataluña: un destino al que siempre vuelve
Playas rocosas, pueblos pintorescos y paisajes únicos explican por qué este rincón es uno de sus refugios más queridos
Miguel Ángel Muñoz es uno de los rostros más versátiles de la pantalla. Actor, bailarín y presentador, acumula más de dos décadas de carrera. A pesar de ese ritmo, siempre encuentra tiempo para viajar y desconectar en destinos especiales.
Confiesa que sus escapadas no son improvisadas: cada año repite ciertos lugares que se han convertido en imprescindibles. Es allí donde encuentra calma y equilibrio. Él mismo reveló que algunos están en Baleares, y que en Cataluña guarda un rincón muy especial.

El propio Muñoz reconoce que hay destinos a los que siempre quiere volver. Sus islas favoritas son Ibiza y Formentera, donde busca refugio desde hace más de siete años. Y en Cataluña, asegura que todos los años intenta pasar al menos unos días en la Costa Brava.
Sus lugares favoritos: de las islas al Mediterráneo catalán
En las Baleares disfruta de playas de aguas cristalinas, puestas de sol y la vida relajada. Allí encuentra la combinación perfecta de naturaleza y cultura. Pero si hay un sitio que guarda con especial cariño es la Costa Brava.

Ese rincón gerundense lo atrapó desde la primera visita. Siempre que puede se escapa, aunque sea solo un fin de semana. Para él no se trata de lujo ni grandes planes, sino de conectar con el paisaje y el ambiente de la zona.
La Costa Brava: el Mediterráneo más salvaje
La Costa Brava se extiende a lo largo de más de 200 kilómetros de litoral, desde Blanes hasta Portbou. Se caracteriza por acantilados abruptos, calas escondidas de arena gruesa y aguas transparentes rodeadas de pinares. Un paisaje agreste que justifica el nombre de Brava.

Es un destino muy popular tanto para visitantes locales como para turistas extranjeros. Familias, parejas y grupos de amigos la eligen cada verano como lugar de veraneo. Sus aguas limpias y su ambiente mediterráneo atraen a quienes buscan descanso y también aventura.
Su riqueza natural está protegida en espacios como el Cabo de Creus o las Islas Medas. Además, sus pueblos han sabido conservar su identidad, marcada por la historia medieval y la tradición marinera. Todo ello convierte a la Costa Brava en uno de los lugares más visitados de España.

Pueblos con historia y mar
Uno de los pueblos más emblemáticos es Cadaqués, con sus casas blancas frente al mar y su vínculo con Salvador Dalí. La mezcla de arte y paisaje lo ha hecho famoso en todo el mundo, aunque aún mantiene la calma de sus calles empedradas.

En Tossa de Mar sorprenden las murallas medievales de la Vila Vella, que se alzan sobre la playa principal. Pasear entre sus torres es como retroceder siglos atrás, al mismo tiempo que se disfruta de su ambiente marinero.

Palamós aporta otro matiz: su puerto pesquero sigue activo y permite al visitante conocer de cerca la tradición marinera. Su gastronomía, centrada en la gamba roja, es uno de los grandes atractivos junto con su paseo marítimo.

Más al sur, Platja d’Aro ofrece contraste. Allí abundan las tiendas, el ocio y el turismo familiar. Sus playas amplias y accesibles la convierten en un lugar cómodo y dinámico, muy distinto al recogimiento de otras calas.

Un rincón al que siempre se vuelve
La Costa Brava tiene la capacidad de atrapar a quien la visita. Sus paisajes, sus pueblos y su carácter mediterráneo hacen que cada estancia sea diferente, incluso para quienes repiten.
Para Miguel Ángel Muñoz, es un lugar que va más allá del turismo. Es el espacio donde logra desconectar y reencontrarse consigo mismo. Y quizá ahí resida su encanto: un destino al que siempre se quiere volver.
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