
Vodafone queda en ridículo tras un error garrafal: deben dar explicaciones ya
Una antigua clienta del operador recibió un aviso para que abonara una supuesta deuda después de ocho años
Vodafone ha protagonizado un error mayúsculo que ha dejado en evidencia su falta de control y gestión. Una usuaria, que había abandonado la compañía hace ocho años, ha sido acusada injustamente de una deuda de 420 euros que nunca existió.
Este tipo de actuaciones no solo afectan la reputación de la empresa. Además vulneran los derechos de los usuarios de manera grave. Lo que ocurrió con esta usuaria es un claro ejemplo de cómo una mala gestión puede resultar en un verdadero escándalo.
En 2012, la afectada decidió cambiarse de compañía telefónica, sin dejar ningún pago pendiente. Sin embargo, en 2020, la empresa de recobros Intrum comenzó a exigirle el pago de una deuda falsa. Alegaba que debía 420 euros a Vodafone.

Aunque en ese momento la mujer ya había cumplido con sus compromisos, no fue hasta 2024 cuando la situación empeoró. En ese año, la usuaria recibió una segunda carta de Intrum. En ella se le instaba a pagar la cantidad reclamada, además de amenazarla con llevarla a los tribunales si no cumplía.
Vodafone reclamaba una deuda falsa
Este tipo de reclamaciones erróneas son cada vez más frecuentes y ponen en peligro la confianza de los usuarios en las compañías. Ante este abuso, la mujer afectada decidió acudir a Facua Huelva, para que le ayudaran a resolver la situación. La solicitud era clara: que Vodafone anulara la supuesta deuda y dejara de enviar amenazas a la afectada.
El equipo jurídico de Facua no tardó en actuar. En primer lugar, reclamaron a Vodafone que aclarase a Intrum que no existía ninguna deuda pendiente. Además, se exigió que la compañía de telecomunicaciones instara a Intrum a cesar en el envío de nuevas comunicaciones a la afectada.
Pero la situación fue aún más grave cuando la organización decidió denunciar a Vodafone ante la Agencia Española de Protección de Datos. Había facilitado información personal de la usuaria a Intrum sin justificación alguna.

El hecho de que el operador haya cedido los datos a una empresa de recobros sin tener una deuda real para reclamar es un incumplimiento de la normativa. Además, según el Código Civil, las deudas prescriben a los cinco años si no hay un plazo especial establecido. En este caso, la reclamación se realizó ocho años después del supuesto vencimiento de la deuda.
Vodafone debe actuar con más rapidez
Lo más preocupante de esta situación es que Vodafone no solo cometió un error grave. Además mostró una falta de responsabilidad al no resolver el problema rápidamente.
Las empresas deben ser más cuidadosas al manejar los datos personales de sus usuarios. Pero también asegurarse de que las reclamaciones que realicen sean justas y estén basadas en hechos reales. La actuación de Vodafone en este caso no solo ha sido desastrosa para la afectada, sino que también ha dañado la imagen de la empresa.
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