Personas con chalecos reflectantes y pasamontañas escoltan a un individuo con capucha en un entorno urbano.
POLÍTICA

Las últimas expulsiones alertan de un repunte del yihadismo en Cataluña

El 30% de los detenidos y de las operaciones antiterroristas en España tienen lugar en territorio catalán

La semana pasada conocimos la reciente expulsión de dos imanes radicales que difundían mensajes peligrosos en La Jonquera y Figueres, en Cataluña.

Este lunes, la Policía Nacional hizo efectiva la orden de expulsión de un marroquí con vínculos yihadistas residente en Mataró. Había sido detenido en 2018 por formar parte de una célula de captación de combatientes para el Estado Islámico, pero estaba en libertad desde 2022.

Un agente de policía de espaldas con un grupo de personas y pancartas al fondo.

Se trata de informaciones inquietantes, por varias razones. Primero, porque Cataluña, que fue escenario de un brutal atentado yihadista en 2017, lleva años liderando la implantación del islamismo radical en España y Europa. En segundo lugar, porque desde el estallido de la guerra en Gaza se ha amplificado la amenaza yihadista en occidental.

En tercer lugar, por la cadena de atentados que han tenido lugar en países como Francia, Alemania, Bélgica y Austria. A todo ello se suma un aumento de la propaganda yihadista, con llamamientos a matar infieles, y la radicalización en los centros de culto.

El 30% de los yihadistas en España están en Cataluña

Una vez más, Cataluña se encuentra en el epicentro de la amenaza yihadista global. En 2024, 13 de las 49 operaciones antiyihadistas efectuadas en España tuvieron lugar en Cataluña. Es decir, en torno al 25%.

Un dato preocupante, si tenemos en cuenta que el 30% de los yihadistas en suelo español desde 2015 están en Cataluña. Son datos del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo y el Centro Memorial de las Víctimas sobre el Terrorismo.

Entre 2015 y 2022 hubo 429 detenidos por yihadismo en España, de los cuales 124, un 28,9%, en Cataluña. Además hay una gran distancia con la segunda del ranking, Madrid, donde se detuvo a 73 yihadistas (un 17%). La tercera fue Valencia con 37 detenidos, un 8%.

Hay otros datos que preocupan, como la gran concentración de mezquitas salafistas donde se profesan los mensajes radicales. Se calcula que más del 80% de las mezquitas salafistas en España se encuentran en Cataluña. Los salafistas controlan una de cada tres mezquitas en Cataluña, y ejercen como polo de radicalización de la comunidad musulmana.

A ello hay que sumar la permisividad de las autoridades catalanas y la densa concentración de población musulmana en Cataluña. Un 26% de los marroquíes que viven en España residen en Cataluña. Lo hacen en comunidades cerradas, que abonan el terreno para la rápida radicalización, sobre todo de los más jóvenes.  

Preocupa la falta de control

En medio de este polvorín destaca la impecable labor de la policía, que en el último año ha conseguido abortar más de una decena de amenazas. Un éxito conjunto de los servicios de inteligencia y los diferentes operativos que actúan sobre el terreno.

España aumentó la alerta antiterrorista al nivel 4 reforzado sobre 5 tras detectarse un aumento de la actividad en diciembre de 2023. Esto ha permitido reforzar la labor policial en materia antiterrorista y desarticular varias amenazas tanto en España como en Cataluña. Pero esto no basta para combatir contra un enemigo cada vez más peligroso.

Interior de una mezquita con alfombras rojas y columnas decorativas

En contraste con el buen trabajo de la policía, preocupa la sensación de falta de control por la poca implicación de los responsables políticos.

Especialmente en Cataluña, donde sigue habiendo miedo a emplear la mano dura para no caer en la criminalización de ciertos colectivos. Fue en Cataluña donde ERC, Junts, CUP y Comuns se opusieron a la expulsión de un iman radical, acusando al Estado español de represión política e islamofobia.

El caso del yihadista que acaban de expulsar en Mataró ilustra perfectamente la falta de control. La policía seguía sus pasos desde que quedara en libertad en 2022. Y aunque había un claro riesgo de reincidencia, y que pesaba sobre él un expediente sancionador, hasta ahora no se ha hecho efectiva la expulsión.

Si no se trata de un caso aislado y hay más sospechosos en libertad, sin hacerse efectiva la orden de expulsión, la preocupación es evidente. Los recientes atentados en Francia y Alemania fueron perpetrados por solicitantes de asilo pendientes de que se ejecutara su expulsión. Las propias autoridades reconocieron errores en el protocolo, y nadie descarta que pueda pasar lo mismo en Cataluña.

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