Un tuit de Gabriel Rufián contra Elon Musk destapa los nervios que hay en la izquierda
El establishment se ofusca con los canales libres de información porque ha perdido el control del relato
La izquierda política y mediática hace tiempo que ha perdido el control del relato y cada vez está más nerviosa. Así lo evidencian casos como el atentado de Magdeburgo o el escándalo sexual del Reino Unido. No hay más que leer el último tuit de Gabriel Rufián para comprobar como los nervios se han apoderado del establishment.
Lo que más nerviosos les pone son aquellos canales de información que no pueden controlar, como X. El foco de sus iras es ahora Elon Musk, gracias al cual se ha podido conocer el escándalo sexual de las violaciones de niñas por musulmanes en el Reino Unido.
El presidente fracés Emmanuel Macron ha acusado a Elon Musk de liderar una "internacional reaccionaria" para injerir en la política europea. Es curiosamente el mismo relato que están vendiendo los medios de comunicación públicos y subvencionados. En lugar de denunciar la trama de explotación de menores acusan a Elon Musk y a la "extrema derecha".
El último en reaccionar ha sido Gabriel Rufián, haciéndose eco precisamente de la declaraciones de Emmanuel Macron. El portavoz de ERC en el Congreso ha vuelto a pedir la promulgación de una ley para sancionar los bulos y las fake news.
Rufián ha dicho que "se debe legislar" contra las intenciones de personajes como Elon Musk, "o el bulo, la conspiración y el bullying revestido de incorrección política ganará". Y añade la coletilla "en Catalunya también", en clara alusión a partidos como Vox y Aliança Catalana.
Sanciones para recuperar el control del relato
El dirigente republicano abanderó la propuesta al Gobierno de Pedro Sánchez de sancionar a los promotores de bulos, fake news y campañas de difamación. Nunca aclararon quién establecería los criterios para decidir qué es un bulo y qué no. Estaba claro que su intención era controlar la información al ver que se les ha escapado de las manos.
Rufián compraba de esta forma la teoría de Pedro Sánchez de la máquina del fango para escurrir el bulto de la corrupción y el nepotismo. Ahora ocurre lo mismo en el Reino Unido. Atacan a Elon Musk porque ha destapado un escándalo que retrata el fracaso del sistema.
En realidad, a través de X Musk solo amplificó una información que en realidad había destapado el The Telegraph. Gracias a eso, ahora sabemos que las autoridades británicas taparon durante años la existencia de una red de explotación de menores dirigida en su mayoría por musulmanes. Lo taparon precisamente para ocultar el fracaso del multiculturalismo.
No les está funcionando
Los intentos a la desesperada de controlar el relato no les está funcionando. Se ha demostrado en Alemania, con el burdo intento de manipular el caso del atentado de un musulmán contra un mercado navideño en Magdeburgo. Pese a su intento de vincular el atentado con la extrema derecha, las encuestas apuntan a un crecimiento aún mayor del partido antiinmigración AfD.
Lo mismo ocurre en España, donde los cordones sanitarios y las campañas de difamación no hace más que aumentar el apoyo a partidos como Vox y Aliança Catalana. De hecho, las sanciones de las que habla Rufián se aplicaron en Cataluña contra Sílvia Orriols.
Aunque el gobierno de ERC multó con 10.001 euros a la alcaldesa de Ripoll, Aliança Catalana es el partido que más crece en intención de voto según la última encuesta del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO). De ahí los nervios de Gabriel Rufián y el establishment político y mediático.
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