España se prepara para recibir a los inmigrantes ilegales que Francia prevé expulsar

España es ahora mismo una excepción en el mapa político europeo. Mientras en Europa predomina la mano dura contra la inmigración ilegal, en España se sigue aplicando la lógica de fronteras abiertas y regularizaciones masivas. Esta contradicción tiene sus consecuencias para España, que va camino de convertirse en el gran contenedor de los inmigrantes rechazados por Europa.

Es lo que está a punto de suceder en el caso de la frontera con Francia. El gobierno galo aprobó recientemente un endurecimiento de las leyes de inmigración. Esto conllevará un control más férreo de las fronteras, el rechazo de muchos expedientes de asilo, e incluso la devolución masiva de inmigrantes.

Francia quiere poner en práctica en España el plan experimental puesto en marcha hace unos meses en Italia. Consiste en la devolución de aquellos inmigrantes que puedan representar un peligro para el orden público en el país. El Departamento de Interior galo ya ha dado órdenes de reforzar la frontera con el País Vasco y Cataluña, para intensificar estas devoluciones.

Esto significa que España debe prepararse para la acogida masiva de los inmigrantes expulsados por el gobierno francés. Esto afectadía especialmente a Cataluña, precisamente una de las comunidades española más sometidas a la presión migratoria.

Más tensión migratoria en España

El plan del gobierno francés es reforzar los controles fronterizos en el sur (País Vasco y Cataluña) para repeler la entrada de ilegales. Pero también endurecer las condiciones de solicitud de asilo, lo cual implicará la expulsión masiva de inmigrantes. España tiene todos los números de convertirse en el destino final de estas personas.

Esto complicará aún más la grave saturación migratoria que sufre España en los últimos años, sobre todo por la entrada de ilegales desde Canarias. Esto ha provocado un conflicto entre comunidades por el reparto de los inmigrantes y los menas. 

La consolidación de una política migratoria más dura en países como Francia puede acabar perjudicando a España si esta se niega a cambiar su modelo de gestión. Las devoluciones en caliente en la frontera con Francia suponen un reto para las organizaciones humanitarias, que advierten de violaciones de los derechos humanos. Pero también para la gestión migratoria en España.

El aumento de más del 80% de la inmigración ilegal estos últimos dos años ha evidenciado el colapso migratorio en España. Sobre todo porque el incremento no ha ido acompañado de más inversión en los servicios públicos. Ni ha habido tampoco un plan para reforzar la seguridad.

Cataluña, al borde del desastre

El ejemplo más elocuente en Cataluña, donde el aumento significativo de la inmigración ilegal no ha ido acompañado de una adaptación de la seguridad y los servicios públicos. En los últimos años ha habido un evidente deterioro de los servicios públicos y de la seguridad en las calles. La situación podría agravarse incluso más si el gobierno galo sigue adelante con sus intenciones.

Esto da más munición a quienes argumentan que España y Cataluña deben adaptar urgentemente sus políticas migratorias a la realidad actual. Los discursos que funcionaban hasta hace poco, ahora aparecen como caducos ante la nueva realidad.

Los partidos que denuncian la inseguridad en las calles y el colapso de los servicios públicos por un abrupto aumento de la inmigración son acusados de extrema derecha. Al mismo tiempo, estos partidos están viendo aumentado su apoyo por parte de los ciudadanos. Lo cual evidencia el agotamiento de un modelo y la urgente necesidad de nuevas perspectivas.