
'Tiro al fascista' en la UPF: la Generalitat lo justifica como libertad de expresión
El Govern de Illa no quiere tocar el avispero de la universidad catalana
La polémica sobre la actividad del “tiro al fascista” organizada en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha vuelto al centro del debate político. En una respuesta parlamentaria, el Govern de Illa ha defendido que este tipo de iniciativas son “manifestaciones de libertad de expresión” siempre que se desarrollen de forma “pacífica y cívica”. La actividad, celebrada durante la Fiesta Mayor en mayo, consistía en lanzar objetos a una pancarta con los logos de partidos políticos como PP, Vox y Aliança Catalana.
La denuncia partió de la asociación constitucionalista S’ha Acabat, que acusó a la UPF de respaldar este acto. Posteriormente, el PP reclamó al Govern de Illa una condena explícita. Le preguntaron si consideraba aceptable utilizar como dianas símbolos de partidos democráticos en un espacio público. “El Govern defenderá siempre la libertad de expresión en el ámbito universitario, siempre que se ejerza de manera pacífica y respetuosa”, respondía el Govern.
De este modo, la Generalitat deja en manos de la autonomía universitaria la gestión de este tipo de episodios. Según el Ejecutivo, corresponde a cada universidad establecer sus propias normas sobre el uso de los espacios y regular las actividades que allí se desarrollen. “Garantizar la autonomía universitaria es esencial en nuestro modelo de educación superior”, señala el documento oficial.

La intolerancia de la universidad catalana
Esta posición ha reabierto el debate sobre la situación de las universidades catalanas, donde en los últimos años se han multiplicado los casos de acoso ideológico, cancelaciones y escraches. Las recientes amenazas al catedrático Rafael Arenas o la suspensión de conferencias por “discurso de odio” son solo algunos ejemplos.
Y es que, organizaciones como el SEPC siguen teniendo una fuerte presencia en los campus. Son esta clase de organizaciones las que boicotean actividades vinculadas al mundo empresarial o a posiciones políticas alternativas. Esto es lo que explica que hayan sido condenados en más de una ocasión por la justicia, así como las universidades que los amparan.
El caso del “tiro al fascista” ha sido interpretado por partidos como el PP y Vox como una muestra más de esta dinámica de intolerancia. Desde el PPC, Alejandro Fernández ya criticó en su día la de Illa ante estos hechos. "El PSC prefiere mirar a otro lado mientras se señala y se ataca a formaciones políticas democráticas", concluía el líder popular.
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