Un hombre con gafas y barba blanca está sentado frente a un fondo rojo con las letras "PSC".
POLÍTICA

Lérida, al límite: Rebientan 52 coches en 72 horas, y los vecinos no puede más

Una nueva oleada de vandalismo enciende las alarmas sobre la degradación de la seguridad

El auge de la delincuencia y la inseguridad en Cataluña es un fenómeno latente, que sin embargo no afecta a todo el territorio por igual. Las grandes ciudades son las más afectadas por el incremento de los delitos. Barcelona y su entorno, el Maresme o la Cataluña central son ahora mismo las zonas calientes de la criminalidad.

Dos agentes de la policía urbana patrullan una calle estrecha y empedrada en un entorno urbano.

Pero hay una ciudad donde la degradación se ha hecho especialmente evidentes, y donde los delincuentes hace tiempo que campan a sus anchas. Se trata de Lérida, una ciudad gobernada en los últimos veinte años por el PSC y ERC. La multirreincidencia y el incivismo está haciendo estragos, y muchas zonas empiezan a estar fuera del control de las autoridades.

Los vecinos ya no pueden más, y las autoridades reconocen que se sienten impotentes ante el imparable aumento de la delincuencia. El último episodio ha sido especialmente grave. Más de cincuenta vehículos han sido vandalizados este fin de semana, en solo 72 horas.

Otra oleada de vandalismo

Según el digital La Veu de Lleida, entre el viernes y el domingo rebentaron 52 vehículos en la enésima oleada de vandalismo que sufre Lérida. El viernes los Bomberos tuvieron que apagar un fuego que afectaba a tres vehículos, aunque se desconoce si los hechos tenían conexión. En todo caso, los vecinos han vuelto a reclamar medidas urgentes contra la inseguridad.

El propio alcalde, el socialista Félix Larrosa, ha alzado la voz en más de una ocasión por la falta de medios de los ayuntamientos. Se ha unido a las demandas de otros alcaldes para cambiar las leyes contra la multirreincidencia. Como el alcalde del PP en Badalona, Xavier García Albiol, o los ediles de Junts en Calella (Marc Buch) y Figueres (Jordi Masquef).

Los vecinos, al límite

El caso de Lérida es muy alarmante. Apuñalamientos, robos, agresiones, okupaciones, la delincuencia común se ha convertido en el día a día de los vecinos. La criminalidad convencional subió un 6,6% el año pasado, y los robos con violencia se dispararon un 35%.

Preocupa sobre todo la degradación de algunos barrios y zonas que están literalmente tomados por bandas criminales. La policía cada vez tiene menos control sobre estas zonas, donde las agresiones a los agentes son habituales. En este caso se combinan factores como la okupación y el tráfico de drogas, o la proliferación de armas blancas y de fuego.

Junto a la delincuencia común está el problema del incivismo y el vandalismo como lo ocurrido este fin de semana. "Siempre son los mismos", denuncia un vecino en X, "los que les encubren son los que guardan el coche dentro del garaje". Otro vecino dice que "si tuvieran miedo no lo harían, pero se sienten impunes".

La última oleada de vandalismo también ha provocado la reacción de Aliança Catalana. Su delegación en las Terres de Lleida lamenta que después de 52 coches rebentados en un fin de semana algunos sigan hablando de hechos aislados. "Lérida mercece seguridad y contundencia, no excusas", han expresado.

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