Una persona escribiendo en un documento sobre una mesa con un bolígrafo azul, junto a una calculadora y un estuche.
POLÍTICA

El sencillo tuit que deja en evidencia a Innovamat y el fracaso educativo en Cataluña

No hay innovación pedagógica que pueda esconder el hecho de que los resultados educativos son desastrosos

A veces, una imagen (o dos) valen más que mil informes. Esta semana, un sencillo tuit ha mostrado el estado crítico de la educación en Cataluña. El mensaje mostraba dos capturas de pantalla de prensa.

En una, una entrevista al fundador de Innovamat, Andreu Dotti, proclamando que “llevamos toda la vida enseñando mal las matemáticas”. En la otra, el titular demoledor de un informe internacional: “un nuevo informe internacional confirma el descalabro en matemáticas”:

Sin comentarios adicionales, el montaje hablaba por sí solo. Ironía, contraste y datos en un solo tuit que ha conseguido lo que muchos estudios oficiales no han logrado. Es decir, cristalizar el hartazgo de una parte creciente de la sociedad catalana ante el naufragio educativo.

Innovamat, entre pedagogía “alternativa” y negocio millonario

Fundada en 2017, Innovamat se presenta como un modelo pedagógico revolucionario, centrado en “aprender jugando”. En pocos años, ha sido implantada en más de un tercio de los centros escolares catalanes, con cuotas de hasta 60€ por alumno y una facturación de más de 16 millones de euros anuales. Parte de este dinero procede directamente de fondos públicos. Concretamente, 3,5 millones en subvenciones y más de 700.000 euros en contratos con la Generalitat.

Sus impulsores aseguran que su enfoque se basa en las “competencias” y la comprensión lógica, no en el cálculo repetitivo. Sin embargo, la realidad que reflejan los resultados internacionales es tozuda. Cataluña está a la cola en matemáticas, no solo de España, sino de toda la OCDE. Según el último estudio TIMSS, el 42% de los alumnos suspende matemáticas, y apenas un 17% alcanza un nivel alto.

Un grupo de estudiantes en un aula prestando atención a un profesor que está de pie frente a la pizarra.

Una pedagogía que no da la talla

El problema, sin embargo, va más allá de una empresa concreta. Como ha explicado en muchas ocasiones el profesor David Rabadà, colaborador de esta casa, Innovamat no es la raíz, sino un síntoma. El núcleo del problema está en un modelo educativo que ha virado peligrosamente hacia lo ideológico y lo experimental. Y los resultados de informes como PISA o TIMSS dan la razón a los críticos.

En efecto, Innovamat se ha convertido en el buque insignia de una pedagogía lúdica, emocional y ‘competencial’. Y esto, lejos de mejorar el aprendizaje, ha coincidido con el desplome del rendimiento, especialmente en materias estructurales. De esta manera, mientras los alumnos suspenden, la empresa factura.

Toda esta situación pone sobre la mesa un debate que va más allá de las polémicas educativas. Por el contrario, muchos señalan - como el profesor Damià Bardera - que la única salida es cambiar el modelo en su conjunto. Porque no es solo un fracaso educativo e ideológico, sino institucional dada la enorme cantidad de entidades parasitarias de este fracaso. Entre ellas, Inmovamat.

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