Las matemáticas: la última piedra en la maleta de la educación catalana
El sistema educativo catalán se despeña por fascículos y ahora es el turno de las matemáticas
La educación catalana todavía está en fase descendente, y el último indicador de esta caída son los resultados en competencias matemáticas. Según la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo, Cataluña recoge los peores resultados en matemáticas de la última década. De esta manera, se sitúa a la cola de España y bastante por debajo de la media de la Unión Europea.
Los estudiantes de cuarto de primaria de Cataluña obtuvieron 489 puntos. La media de la OCDE, en cambio, es de 525, de la UE 514 y de España 498. Estos datos indican que solo un 17% de los alumnos catalanes tiene un nivel alto de matemáticas, mientras que en el resto de España es del 21%. Aunque el gran dato - que el informe PISA ya advirtió - es que el porcentaje de alumnos suspendidos en matemáticas alcanza casi el 42%.
Con estas malas competencias matemáticas no sorprende que los resultados en ciencias sean igualmente malos, aunque en este punto Cataluña (502) no se aleja tanto de España (504). Ahora bien, la diferencia con la OCDE y la UE sí se dispara, con puntuaciones de 526 y 513, respectivamente. Destaca, por cierto, la buena nota de Asturias en ciencias (528), que se acerca a los 530 de Noruega.
Otro ejemplo de que no todo es financiación
Visto con perspectiva y de manera estructural, estos datos no son una gran sorpresa. Más bien se pueden interpretar como la confirmación de un fracaso que todavía está en fase de sangrado. En este sentido, el gran jarro de agua fría fue el informe PISA, que también llevó a la educación catalana hacia los suelos.
Como se argumentó en E-Notícies, lo verdaderamente relevante de esta debacle es que el modelo educativo catalán se ha puesto en duda. O lo que es lo mismo: que se ha convertido en un debate social y político. Esto explica que veamos cada vez más a menudo declaraciones, situaciones e imágenes que ponen a la educación en el centro del debate.
En el caso de las matemáticas, se han concentrado ahora las miradas sobre la empresa Innovamat, que ofrece soluciones pedagógicas para la enseñanza de las matemáticas. El profesor David Rabadà, colaborador de esta casa, ya hizo un repaso en su día a los intereses que hay detrás de Innovamat, así como a sus obstáculos pedagógicos. "El tiempo nos dirá, aunque ya llevemos más de treinta años con propuestas que deberían haber resuelto el fracaso escolar vigente y no lo han logrado", concluyó el profesor Rabadà.
De la misma manera, también se recuerda que, poco después de llegar al Govern, el PSC inyectó 8 millones de euros para reforzar la enseñanza de las matemáticas. Una de las voces que salió a denunciar que el problema no está en la financiación fue Alejandro Fernández, que señaló que “ya pueden inyectar mil, que si se sigue pudiendo pasar curso sin aprobarlas, nadie se esforzará en aprenderlas”:
Por ahora, el debate solo cogerá más velocidad
Y en esta línea de apertura del debate, esta misma semana, el maestro, historiador y escritor Xavier Díez explicaba a VilaWeb que “una parte sustancial de los docentes gira políticamente a la derecha”. Como es evidente, esto es la contrapartida al modelo pedagógico de orientación ‘woke’ y progresista, que está en franca retirada. Así mismo, también explica que voces críticas, como la de Damià Bardera, o el propio David Rabadà, tengan cada vez más recorrido.
Pero es que, también esta semana, se hacían virales unas palabras de Neus Rosell, profesora y presentadora del programa ‘El Búnker’. Según explicó Rosell, en Navidad, en las escuelas se viven situaciones inverosímiles para garantizar el respeto a las muchas orientaciones culturales que hay en las aulas. “Se suelen cantar canciones que sean un poco neutras, como el 25 de diciembre”, dijo, para estupefacción del resto de tertulianos, entre los que se encontraba el exdirector de La Vanguardia, Màrius Carol:
A lo que asistimos, en resumen, es a la confirmación de que el sistema educativo es el verdadero reflejo de todas las dinámicas sociales que están modificando Cataluña a marchas forzadas. Hablamos, por ejemplo, de la dificultad para asumir los flujos migratorios (ahí están los resultados del catalán), la polarización ideológica, el cambio de dirección del péndulo social o las diferencias ‘de facto’ entre las élites y las clases populares.
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