Un hombre con gafas y traje oscuro habla en un podio de madera en un entorno formal.
POLÍTICA

Salvador Illa se ata a los perdedores de las últimas elecciones catalanas

El PSC se aferra a ERC, Comuns y la CUP, pese a que los catalanes pidieron un cambio el 12-M

Salvador Illa llegó a la Generalitat con la ambición de abrir una nueva etapa en Cataluña, y se le está quedando cara de Pere Aragonès. El PSC ha cerrado esta tarde un acuerdo in extremis con ERC, Comuns y la CUP.

Un grupo de personas camina por un pasillo con cortinas rojas, llevando carpetas y libros.

El acuerdo permite al Govern salvar sobre la bocina el decreto de medidas urgentes sobre la vivienda, clave para seguir manteniendo el apoyo de los Comuns.

Los Comuns habían amenazado incluso con retirar el apoyo a Illa si no había acuerdo. El PSC ha salvado un nuevo match ball, pero con la sensación de estar cada vez más atado por sus socios. Por si fuera poco ahora suma en la ecuación a la CUP, solo unos días después de las polémicas declaraciones alentando la violencia en Salt.

El PSC se ata a los partidos que salieron derrotados en las elecciones catalanas del 12 de mayo, el año pasado. Y eso no es cosa menor, porque contradice precisamente la voluntad de cambio que los catalanes expresaron en las urnas.

Han perdido 250.000 votos en tres años

El PSC eligió como aliado estratégico a ERC, que venía de encabezar uno de los gobiernos más fracasados, y de perder 178.446 votos y 13 diputados en las elecciones. También se ató a los Comuns, otra formación en declive que se dejó 13.350 y dos diputados.

ERC, Comuns y la CUP pasaron de tener 50 diputados a solo 30, y de representar un 37% del Parlament, a solo un 22%. Los tres partidos juntos han perdido 250.000 votos en tres años (2021-2024) pese al aumento de la participación. El PSC suma ahora también a la CUP en su rocambolesca alianza de perdedores.

Salvo el PSC, los otros partidos que subieron en votos y escaños fueron Junts, PP, Vox y Aliança Catalana. Con Vox y Aliança Catalana ejerce un cordón sanitario junto al resto de formaciones excepto el PP. Con el PP mantienen una tensa relación, y tampoco han querido explorar una alternativa de gobierno con Junts.

Punto de inflexión

El pacto de la vivienda con ERC, Comuns y la CUP marca un punto de inflexión en la legislatura. Por un lado permite a los socialistas estabilizarse después de unas semanas algo turbulentas. Aunque queda lo más importante aún, conseguir el apoyo de ERC y Comuns para el suplemento de crédito ante la falta de presupuestos.

Hombre hablando en un micrófono durante una presentación.

Pero por otro lado hipoteca el ya de por sí débil gobierno de Illa y su ambicioso plan reformista. La alianza con los partidos progresistas es cuanto menos arriesgado porque significa encadenarse a partidos que van cuesta abajo sin remedio. Pan para hoy y hambre para mañana, teniendo en cuenta su justa mayoría de 68 diputados.

Junto a todo está el problema de legitimidad que engendra el PSC a partir de ahora. El tema de la vivienda es un claro ejemplo. Los socialistas ceden a las imposiciones de Comuns y CUP, dos formaciones que representan una absoluta minoría del Parlament.

Esto fue una constante durante la década procesista, cuando ERC y Junts aceptaban dejar las riendas del país en manos de los diez diputados de la CUP. Ahora Illa reproduce la misma lógica. Hasta ahora no hecho más que hacer concesiones a estos partidos, a quienes los catalanes castigaron duramente hace once meses.

El Govern presentará este miércoles el acuerdo cerrado con ERC, Comuns y la CUP. Será interesante ver cómo lo justifica el PSC y que posición toman el resto de los partidos. 

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