Dos agentes de la Guardia Civil Marítima inspeccionan varias cajas de plástico con mariscos junto a un coche estacionado
POLÍTICA

Las restricciones y las redadas acaban con la paciencia de los pescadores en Tarragona: 'No somos delincuentes'

La regulación europea y la presión de la administración condena el sector pesquera a la desaparición

El operativo especial de la Guardia Civil para intervenir pescado ‘ilegal’ ha disparado la indignación en el barrio pescador del Serrallo, en Tarragona. La redada se suma a la complicada situación de los pescadores, derivada sobre todo de las restricciones europeas. Algunos ya no pueden salir a faenar porque han agotado los días permitidos, y otros dejarán de hacerlo los próximos días.

Un agente de la Guardia Civil Marítima revisa varias cajas de mariscos y pescados en una zona asfaltada

La situación del sector pesquero es desesperada, sobre todo a raíz de las normativas de la UE han ido reduciendo los días permitidos para pescar. Los pescadores tarraconenses ya solo pueden salir a faenar unos siete meses y medio al año. Esto aboca al sector a una permanente incertidumbre, y muestra como la regulación europea, bajo preceptos ideológicos, condena a sectores enteros a la crisis y a su desaparición.

Además de la presión de una administración que les ahoga, los pescadores tienen que hacer frente ahora a las redadas de la policía. “No somos delincuentes”, ha sido lo más repetido este miércoles en El Serrallo. Y mientras tanto, silencio institucional y el abandono político más absoluto.

Siete sanciones y 15 kilos de pescado intervenido

La situación del sector pesquero español y catalán es aún más desesperada en el barrio de El Serrallo. La desaparición de los pescadores ante la crisis del sector y la falta de relevo generacional condena el barrio a la pérdida definitiva de toda su esencia. La indignación se ha apoderado de los pescadores después de la entrada de la Guardia Civil: están hartos de que les traten como delincuentes.

La normativa permite a cada pescador llevarse tres kilos de pescado a casa, siempre que esté adecuadamente etiquetado. El miércoles, la Guardia Civil cerró el barrio e inspeccionó palmo a palmo en búsqueda de pescado ‘ilegal’. Una lancha registró las embarcaciones en alta mar, mientras que en el puerto varios agentes revisaron la mercancía.

La operación concluyó con siete infracciones y 15,2 kg de pescado intervenido. La Benemérita ha mostrado su comprensión hacia la delicada situación del sector, pero ha defendido su labor para impedir la competencia desleal y garantizar la salud del consumidor.

Pero la redada dejó también un gran malestar entre los pescadores, que ven detrás de todo esto una intencionalidad política. Están seguros de que quieren acabar con ellos para que dejen de pescar en el Mediterráneo y consumamos pescado de Marruecos. "Si quieren que desaparezcamos", decía uno de ellos en Diari de Tarragona, "que nos los digan y acaben con esta agonía". 

Un sector condenado a la desaparición

Los pescadores del Serrallo están a la espera de que la Comisión Europea resuelva su petición para ampliar los días permitidos para faenar. La contradicción es que la intención de la normativa europea es restringir la pesca para favorecer que el mar se pueda regenerar. Pero los últimos estudios presentados por el Gobierno español en Bruselas demuestra que el Mediterráneo está en buenas condiciones.

La Unión Europea ha ido sumando nuevas regulaciones que estrangulan al sector y lo abocan a la desaparición ante competidores externos. La situación de los pescadores del Serrallo es un trágico ejemplo de como la burocracia europea, regida por delirios ideológicos, arruinan sectores económicos enteros. Es decir, como la élite está empobreciendo a las clases medias y trabajadoras.

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