Dos personas brindan con copas de champán en una celebración de Año Nuevo con un reloj y el mensaje "Feliz 2025" de fondo.
POLÍTICA

La obsesión woke se cuela en las campanadas más politizadas

Lalachus y David Broncano generan división en una gala que siempre había sido de unidad y reunión familiar

Los españoles volvieron a reunirse anoche delante del televisor para despedir el 2024 y dar la bienvenida al 2025. El Año Nuevo televisivo es una de las tradiciones más consolidadas en España, siempre con sorpresas y una chispa de polémica. Pero cada vez se hace más difícil para muchas familias reunirse delante del televisor como antaño.

Dos personas en un evento en vivo con vestuarios elegantes y un reloj de fondo.

La obsesión woke ha conseguido colarse en una fiesta que siempre había permanecido al margen de las disputas política. Una celebración que antes era de unidad y espíritu familiar, y que ahora se ha convertido en una rendija más para colar el ideario progre. Lo de anoche con Lalachus y David Broncano en TVE marca un antes y un después.

División en los hogares españoles

Los presentadores de la gala de la televisión pública generaron división, y eso es una mala señal. 

Para algunos fueron un soplo de aire fresco que supieron representar con enternecedora espontaneidad el sentir de una nueva generación. No perdieron ocasión de lanzar mensajes como el respeto a la diversidad y los cuerpos no normativos, y el derecho a una vivienda digna. 

"Ojalá que para el 2025 dejemos de opinar de los cuerpos ajenos porque todos son válidos sean del tamaño que sean", deseó Lalachus. David Broncano deseó que en el nuevo año "todos podamos vivir en una vivienda digna sin tener que dejarnos la vida en ello". Ambos reivindicaron también las lenguas no oficiales, para regozijo de sus fans.

"Una mujer con un cuerpo no normativo, un antifascista, una mujer racializada y un señor homosexual. Esto les tiene que estar escociendo a muchos voxeros, peperos y fachorros en general". Es solo uno de los muchos mensajes en X aplaudiendo las campanadas de TVE.

Ideario progre y ofensas religiosas

Para otros, sin embargo, la politización de las campanadas expulsa a muchos de lo que siempre había sido una tradición. "Muchos ayer nos sentimos huérfanos ante los programas de televisión que transmitían las campanadas. Una mezcla de chavacanería, politización y falta de respeto a los sentimientos religiosos, vulgaridad y egocentrismo", dice un mensaje en X.

Una mujer sostiene una imagen de un personaje animado con cuernos frente a un árbol de Navidad iluminado.

Destaca una reflexión en las redes sociales, el día después. "Las campanadas, desde el punto de vista televisivo, han vuelto a dividirnos y retratarnos como sociedad. La cultura del esfuerzo, la profesionalización del trabajo y el rigor informativo están cada vez más devaluados".

Otra opinión lamenta que "antes las campanadas estaban cargadas de emotividad, y las daba gente como Laura Valenzuela o Jesús Puente". Agrega que "hoy las televisiones las han convertido en un espectáculo zafio, grotesco y cutre".

También son muchos los comentarios que critican el "mal gusto" del vestido de Cristina Pedroche, inspirado en su leche materna. Un ejemplo de egocentrismo que ha ido perdiendo interés con el paso de los años. Incluso los progres hablan de "decadencia" de un "feminismo mal entendido" con un "tono cutre" y "previsible".

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