Un hombre con una capucha blanca y barba gris, sentado frente a una pared verde y un estante de madera.
POLÍTICA

La otra versión de lo que ha pasado en Salt: 'el imán quería trato de favor y amenazó'

Una funcionaria habría impedido que el ayuntamiento le diera una vivienda social sin los requisitos

Kalilu Diwara, imán septuagenario de la comunidad musulmana y subsahariana de Salt, fue víctima de la especulación inmobiliaria y el racismo institucional. Fue desahuciado sin situación habitacional, y se vio obligado a ocupar de nuevo el piso para no quedarse en la calle. La administración local y la policía catalana actuaron con brutalidad, al servicio de los intereses de los grandes tenedores.

Esta es la versión que llevan días difundiendo las organizaciones radicales y los medios públicos y subvencionados en Cataluña. Pero hay otra versión extraoficial que apenas ha aparecido en los medios y que muestra la otra cara de esta historia.

Un grupo de policías con equipo antidisturbios está de pie junto a una furgoneta policial con luces azules encendidas en una calle arbolada durante la noche.

En esta historia hay muchas versiones enfrentadas. Una apunta a que el imán pagaba regularmente las cuotas de la hipoteca. Le consideran una víctima más de los fondos buitre que, especialmente en Salt, acumulan pisos vacíos mientras expulsan a los inmigrantes de sus casas.

Además, acusan a los Mossos de haber actuado con brutalidad el lunes cuando le pillaron in fraganti intentando meterse en el piso.

Con esto justifican los disturbios posteriores.

El propio imán se desmarcó de los episodios violentos y condenó los ataques a la policía. Su hija se queja de que “nos echaron de nuestra casa y no nos quieren ayudar porque no somos una familia vulnerable”. Asegura que llegaron a un acuerdo con el alcalde, y que estaban buscando una solución.

Otra versión de lo ocurrido

Pero El Confidencial ha desvelado otra versión extraoficial que desmiente el relato que se ha vendido hasta ahora.

Agentes de los Mossos d’Esquadra cuentan que tuvieron que echar al imán este lunes “porque llevaba menos de 48 horas de okupación”. De acuerdo con la ley, había que volver a desalojarle.

Cuentan también que el imán habría pedido un “piso con prioridad para su familia”. Es decir, un trato de favor saltándose la lista de aspirantes a una vivienda social. Pero la funcionaria se mostró inflexible, negándose a ello porque no cumplían con los requisitos legales.

Una esquina de una calle por la noche con un grupo de personas observando un fuego en el pavimento.

Según esta versión, el imán amenazó a la asistenta social con ir al alcalde y le dijo que se atuviera a las consecuencias. Al parecer el alcalde trató de convencer a la funcionaria para encontrar una solución, pero esta resistió a las presiones. Es más, advirtió al alcalde de que si le daba un piso lo contaría todo en los medios.

Así fue como finalmente el alcalde desestimó la opción de la vivienda social. Aunque en un principio trascendió que el ayuntamiento había ofrecido una vivienda social al imán sin cumplir los requisitos, en realidad no llegó a hacerlo. Aunque tampoco se descarta en un futuro, ya que siguen en negociaciones.

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