Los payeses dicen basta: otra vez al límite, ahora por culpa de los delincuentes
El auge de los robos en el campo hunde todavía más a unos agricultores que alzan su voz para denunciar su situación
La situación del sector primario en Cataluña (así como en España y gran parte de Europa), está llegando a unos límites insostenibles. Hace unos meses, agricultores, ganaderos y pescadores salieron a las calles para protestar masivamente. Dos de las principales quejas del sector fueron la excesiva burocracia por parte de los gobiernos catalán y español y las restricciones impuestas por la Unión Europea con la Agenda 2030 como excusa.
Hace apenas unas semanas, fueron concretamente los pescadores los que volvían a poner el grito en el cielo para denunciar su situación. En esta ocasión, fueron los trabajadores de la mar encargados de la pesca de arrastre. Una nueva ley acordada en Bruselas les imponía que, si no cambiaban sus redes, se verían obligados a trabajar 27 días en todo el año. Y si las cambiaban, podrían hacerlo 130 días (es decir, apenas dos días por semana).
Vuelven las protestas de los agricultores catalanes
Por si la burocracia y la imposición de la agenda verde no fueran suficiente agravio para el sector, ahora tienen que hacer frente a una nueva amenaza. Y aquí los principales perjudicados son los agricultores. Y es que, en los últimos días y semanas, los payeses han dicho basta ante el auge de robos que están sufriendo en el campo catalán.
Esta misma semana, la Plataforma Pagesa Terres de l'Ebre se han manifestado a las puertas del juzgado de Amposta. Allí se tenía que celebrar un juicio contra una banda que entró en una finca para robar caracoles y acabaron destrozando toda la plantación de alcachofas. En este caso, se calculan daños por valor de 4.000 euros. "La situación de hoy en la agricultura y el mundo rural es muy lamentable, al final tendremos que cerrar", advertía uno de los afectados por este incidente.
Pero hay más. Hace unas semanas robaron casi un centenar de cabras unos ganaderos que se dedican a elaborar queso en Rasquera. U otro agricultor le robaron una furgoneta en Santa Bárbara. El ya habitual robo de algarrobas que va en aumento año tras año también se ha dado en los últimos meses. "Queremos más efectivos policiales para frenar la oleada de robos que sufrimos de forma reiterada", denuncian desde Revolta Pagesa.
Así pues, entre la delincuencia, la falta de policía y unas normativas que priorizan un supuesto ecologismo antes que la supervivencia de un sector imprescindible como es el primario, los payeses, ganaderos y pescadores ya no saben qué hacer. La situación es cada vez más insostenible y, si no cambian las cosas, estos gremios están tocados de muerte.
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