Las graves consecuencias de que España sea de los pocos países proinmigración de la UE
El Gobierno ya se prepara para una nueva oleada de llegadas de ilegales desde Francia
En los últimos meses, Europa está cambiando su rumbo respecto a las políticas migratorias. En Alemania, a pesar de que todavía gobiernan los socialdemócratas, ya hace tiempo que anunciaron un endurecimiento de las condiciones de asilo. También la aceleración de expulsiones para los inmigrantes que vieron denegada su petición para quedarse en el país.
En Italia, Giorgia Meloni lleva luchando activamente contra la inmigración ilegal en el país desde que ascendió al poder. En Francia, Macron también ha dado un giro destacado en su proinmigracionismo, promoviendo ahora políticas más restrictivas. También países nórdicos, Hungría o Países Bajos se han puesto manos a la obra para frenar las oleadas de inmigrantes ilegales que representan todo un reto para cualquier estado. Sobre todo, cuando estos flujos se producen de forma abundante como es el caso que vive Europa.
¿Y España, qué?
En España, por el contrario, Pedro Sánchez sigue con su política de (a la práctica) fronteras abiertas y regularizaciones masivas. Si en circunstancias normales esto ya genera un evidente efecto llamada, el contexto que se vive en Europa deja a España en una situación más complicada y de graves consecuencias.
En las últimas horas, hemos conocido que el Gobierno de Pedro Sánchez ya se prepara para hacer frente a una nueva oleada de inmigrantes ilegales. Sin embargo, en este caso no se trata de llegadas de irregulares en Canarias (que ya terminó el 2024 con cifras de récord). El próximo reto migratorio para España tendrá lugar en la frontera norte. Y es que Francia, que recientemente aprobó endurecer las leyes de inmigración, tiene previsto expulsar a miles de ilegales que han visto rechazada su solicitud de asilo. Y, previsiblemente, muchos de ellos acabarán en España.
Así lo publicó El País, un medio poco sospechoso de ser de extrema derecha. Francia ya ha dado órdenes para reforzar las fronteras con el territorio español e intensificar devoluciones de inmigrantes ilegales en la zona.
Las otras consecuencias del proinmigracionismo del Gobierno
El caso que nos ocupa respecto a los cambios en la política migratoria en Francia no es el primer ejemplo que tenemos de cómo España se ve afectada por las decisiones tomadas por los países de su entorno. Ahora deberá hacer frente a los ilegales que expulse Francia, pero es que desde hace meses también tiene que asumir a aquellos a los que Italia ha cerrado el paso.
Las políticas restrictivas de Giorgia Meloni han obligado a las mafias a modificar sus rutas. Y la ruta española se encuentra, sin duda, en auge tras el cierre de muchas de las rutas italianas. Esto provocó que el 2024 cerrase como el segundo año con más llegadas de inmigrantes ilegales a España desde que hay registros.
Así pues, con el ejemplo de Italia y el que tendremos de Francia, queda claro que España se enfrenta a una situación compleja. Mientras casi toda Europa se pone manos a la obra para cambiar la política de fronteras abiertas que se ha caracterizado en la UE en los últimos años, el gobierno español sigue empeñado en su proinmigracionismo, algo que condena al país a ser el vertedero de todos aquellos ilegales que el resto de Europa rechace. Algo que, como admitió el propio Gobierno, afecta a la seguridad nacional, pero también a los servicios públicos, entre otros aspectos.
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