
La Generalitat quiere mejorar su productividad y crea un nuevo chiringuito para conseguirlo
Alejandro Fernández comenta el nuevo ente administrativo: '¡Ya estamos todos! Salvador Illa no falla...'
La Generalitat ha decidido afrontar el estancamiento de la productividad en Cataluña con una receta ya habitual: crear un nuevo órgano público. El Govern de Illa ha puesto en marcha el llamado Consell per a la Productivitat i el Lideratge Econòmic. La iniciativa llega en un contexto marcado por la proliferación de estructuras administrativas y por el temor a que el remedio sea más burocracia y más gasto.
El nuevo organismo, presidido por la consejera Romero, celebró este lunes su primera reunión en el distrito administrativo de Barcelona. En ella, varios expertos analizaron el informe elaborado por la Dirección General de Análisis Económico. Entre ellos, destaca el exceso de inversión inmobiliaria improductiva, la escasa apuesta por activos intangibles y un mercado laboral incapaz de absorber la creciente oferta de trabajadores altamente cualificados.

Entre las reacciones políticas, encontramos la de Alejandro Fernández. El líder del PPC usaba su habitual ironía para referirse a este nuevo ente administrativo. "¡Ya estamos todos! Salvador Illa no falla...", decía el líder popular:
Un diagnóstico que ya se conocía… y otro organismo más para confirmarlo
Que la economía catalana es profundamente improductiva se sabe desde hace mucho tiempo. Es más, se sabe el efecto más destacado de esa improductividad: que la renta per cápita está estancada. Además, en un contexto de crecimiento demográfico, todavía se diluye más el PIB per cápita.
Lo que también se sabe desde hace tiempo es la tendencia de la administración catalana a generar tejido administrativo. Paradójicamente, uno de los motivos de la baja productividad económica es el exceso de burocracia. Las patronales llevan años avisando de que la hipertrofia institucional obstaculiza mucho el crecimiento.
Un historial de chiringuitos que no se detiene
En teoría, el PSC prometió una auditoría de la administración pública cuando llegara al poder. Como es evidente, esto no solo no ha ocurrido, sino que se ha hecho lo contrario: crecer todavía más. En cualquier caso, hay que contextualizar este problema en la dinámica de pactos de ERC y PSC.
El Govern de Illa ha dado clara continuidad a las políticas del expresidente Aragonès en materia de chiringuitos. Algunos de los más destacados son los de Acción Exterior o los destinados a la "resolución del conflicto político". En última instancia, esta proliferación de chiringuitos sirve para que los partidos tengan margen de maniobra para sus actos y acuerdos.
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