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La fallida moción de censura en Ripoll provoca otra crisis en el procesismo
Dirigentes de ERC y CUP arremeten duramente contra Junts
La decisión de Junts de no apoyar la moción de censura en Ripoll ha abierto una nueva crisis en el espacio procesista. ERC y la CUP acusa a los postconvergentes de haberse echado atrás en el último momento priorizando los intereses de partidos. Junts niega que hubiera un acuerdo cerrado y asegura que no ha habido ingerencias de la dirección nacional.

La número dos de Esquerra, Elisenda Alamany, ha acusado a Junts de haber tomado una decisión partidista basándose en encuestas de opinión. En Junts habían valorado el riesgo de que una moción de censura disparara la popularidad de Sílvia Orriols. La formación por Carles Puigdemont ha reiterado que quiere ganar en las urnas y no en los despachos, y que la alcaldía la decidirán los ripollenses en 2027.
Acertada o no, la decisión de Junts marca un antes y un después en la relación entre los partidos procesistas. Junts, que ya había mostrado algunas reservas con el cordón sanitario, ahora se desmarca aún más de ERC y CUP. A su vez, estas formaciones aprovechan para abrir fuego contra el partido de Puigdemont.
ERC y la CUP estallan contra Junts
Eudald Casas, d’ERC Ripoll, acusa a Junts de haberse olvidado de Ripoll. “Nos sentimos engañados”, ha afirmado, “han priorizado unos intereses de partido a nivel nacional”. Los dirigentes republicanos aseguran que los postconvergentes “han tenido miedo”.
También los dirigentes de la CUP han arremetido contra Junts. Eulàlia Reguant les ha acusado de “dar manga ancha a un gobierno xenófob y racista”, y ha afirmado que “la democracia va más allá de los votos”. Albert Botran ha cuestionado la estrategia de Junts, diciendo que “ahora Orriols sacará rédito de haberles hecho virar”.
También han reaccionado los Comuns, que forman parte del cordón sanitario en el Parlament. Su coordinadora nacional, Candela López, ha acusado a Junts de haber dejado la alcaldía de Ripoll "en manos de la ultraderecha xenófoba". Afirma que con su decisión habrá "más odio y xenofobia", y que es "un día triste para la democracia".
El entorno de Junts se reafirma
El entorno de Junts también ha reaccionado. La más contundente ha sido Pilar Rahola, que ha celebrado la decisión con un dardo a las otras formaciones procesistas: “Hacer seguidismo de cupaires y comunes con sus delirios ideológicos habría sido un grave error”.
Héctor López Bofill defiende que es el momento de que el independentismo acabe de rematar a Salvador Illa y Pedro Sánchez. “Hay que tener valor para hacerlo”, ha dicho.
Por su parte, Sílvia Orriols ha celebrado la decisión sin querer echar más leña al fuego: "Ya tengo lo que quería".
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