PSC y ERC condenan Cataluña a otro año perdido
Los republicanos mantienen al Govern con respiración asistida con la prórroga de los presupuestos
Salvador Illa quería ser el presidente de la recuperación de Cataluña y se le está poniendo cara de Pere Aragonès. Su contradicción entre querer abrir una etapa nueva pero a la vez seguir yendo de la mano de ERC le está pasando factura. Los republicanos han dado luz verde este martes a la prórroga de los presupuestos, con consecuencias nefastas para los ambiciosos planes del gobierno socialista.
Hace solo unas semanas que el Govern del PSC presentó un ambicioso plan de transformación con 260 medidas para esta legislatura. Pero el ‘no’ a los presupuestos de su socio preferencial hipoteca futuras inversiones necesarias para esta transformación.
La responsabilidad recae ahora sobre el PSC, que con la elección de sus socios condena Cataluña a los mismos errores del pasado reciente.
La portavoz de ERC Ester Capella ha anunciado este martes que votarán a favor del decreto de prórroga presupuestaria. Incluso lo ha vendido como un gesto de generosidad de los republicanos “para que el sector público no colapse”. Según ha explicado, la prórroga permitirá hacer obras en las escuelas, en los centros de atención primaria o en las infraestructuras.
Pero Cataluña necesita un gran salto hacia adelante que requiere algo más que simples parches. El propio Illa, en su discurso de investidura, estableció como prioridad la mejora de los servicios públicos (especialmente en Educación y Sanidad).
El PSC y ERC hipotecan las grandes inversiones que se podrían hacer este 2025 para priorizar una financiación singuar con pocos visos de prosperar. Eso sí, aunque los presupuestos no saldrán adelante los socialistas han acordado con los Comuns el régimen sancionador de los alquileres. Lo cual significa repetir las mismas políticas que han disparado el precio de la vivienda en ciudades como Barcelona.
Cataluña sigue en manos de los mismos
ERC ha abierto la puerta a futuras ampliaciones de crédito, un mecanismo que sí permitiría al gobierno catalán afrontar algunas inversiones. Pero los republicanos lo vinculan al cumplimiento de los acuerdos por parte de los socialistas. Es decir, adiós a la estabilidad parlamentaria porque todo seguirá dependiendo de la voluntad de Esquerra.
Los palos en las ruedas de ERC y la sumisión a las demandas de los Comuns demuestran que pese al relato del PSC Cataluña sigue en manos de los mismos. Lo cual se contradice con la voluntad de cambio, y condena a los catalanes a otro año perdido y de bloqueo institucional.
En todo caso son los socialistas quienes tienen la responsabilidad de este bloqueo, al negarse a explorar otras mayorías para buscar la estabilidad parlamentaria. A corto y medio plazo, la estrategia de Illa puede servirle para consolidar su imagen de muro frente a la derecha y la extrema derecha. Pero a la larga entraña un evidente riesgo.
No solo porque ponerse en manos de ERC y los Comuns implica inestabilidad y desgaste, sino también por el declive de estas formaciones. Si republicanos y ecosocialistas siguen perdiendo diputados y el PSC no crece lo suficiente, Illa perderá la fragil mayoría que le mantiene temporalmente en el poder.
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