Detenidos tres militantes 'antifascistas' por agredir a miembros de Aliança Catalana
Desde AC denuncian que no hubo ninguna pelea y que fueron ellos los agredidos por organizar una charla
Los Mossos detuvieron ayer a una militante de las juventudes de la CUP y a dos miembros del Ateneo Popular X en Vilafranca del Penedés. Esta detención obedece a una agresión de estos miembros “antifascistas” contra militantes de Aliança Catalana el pasado septiembre.
La formación de Orriols interpuso una demanda y el colectivo Alerta Solidaria se encargó de la defensa de los acusados. Desde este colectivo denuncian que sus representados fueron detenidos en una “macrooperación policial”. Así mismo, Arran y el Ateneo Popular X hicieron ayer una convocatoria para dar apoyo a los detenidos.
“Ser antifascista no es ningún delito”. “Volveremos a mostrar todo nuestro apoyo al que lucha contra el fascismo”, señalan. Desde Arran hablan incluso de “endurecimiento de la represión y la protección legal a la extrema derecha desde la entrada del Govern del PSC”:
Aliança Catalana: no fue una pelea
Desde Aliança Catalana denuncian que se venda la idea de que fue una “pelea” entre ellos y los antifascistas. Desde la formación de Orriols dicen que miembros de Arran y del Ateneo reventaron una charla de Aliança Catalana. A partir de aquí, aseguran que lanzaron sillas, insultaron e incluso les escupieron:
Ciertamente, los miembros de Aliança Catalana han sufrido reiteradas agresiones durante el transcurso de los últimos meses. En todos los casos las protagonizaban miembros del antifascismo catalán. Pero este acoso no es exclusivo de Aliança Catalana y ya estaba extendido en Cataluña durante años.
De hecho, estos días era noticia que S’ha Acabat le había ganado una batalla legal a los cuatro independentistas antifascistas que les agredieron en febrero del año pasado. El juzgado de lo penal les ha impuesto una multa de 2.160 euros por delito de coacciones, con la agravante de “discriminación por motivos ideológicos”. No se ha podido demostrar el delito de lesiones, que suponía penas de hasta tres años de cárcel.
Este es un ejemplo más de que la CUP y sus satélites quieren recuperar visibilidad a costa de protagonizar episodios de violencia social y política. Esto no es obstáculo para que, al mismo tiempo, la CUP esté en su momento electoral más bajo y con un apoyo social menguante.
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