
El declive del procesismo no tiene fin: quieren impulsar ahora un nuevo partido
Todavía son muchos los que no han asumido que el procés colapsó y que Cataluña está en pleno tránsito social y político
El independentismo catalán vuelve a moverse ante el desgaste del procés, y lo hace como solo él sabe hacerlo: creando partidos y entidades. Exdirigentes de la ANC, como Dolors Feliu, firman ahora un nuevo manifiesto político dentro del espacio indepe. La propuesta se articula bajo el nombre Dempeus x la Independència.
El objetivo es presentar una (otra) candidatura unitaria en las elecciones autonómicas del próximo 2028. Buscan representar a quienes se sienten huérfanos del proyecto independentista después del colapso procesista. La vía unilateral, dicen, se presenta como la única estrategia posible para la independencia.
Según informa El Món, el movimiento ya suma firmas de perfiles conocidos. Entre ellos están Roger Español, famoso por resultar herido en el 1-O, y el empresario Jordi Roset. También apoyan actores como Carme Sansa y el exalcalde Josep Manel Ximenis. Es decir, figuras que se han quedado dispersas en la Cataluña postprocesista.

El manifiesto denuncia el abandono del objetivo de la independencia. Sus promotores acusan a Junts y ERC de pactar con el Estado a cambio de “migajas”. En este sentido, reclaman una “renovación total” del independentismo institucional. En cualquier caso, lo que no es nuevo son las reclamaciones de renovaciones totales.
Así mismo, el documento asegura que la independencia sigue siendo viable a día hoy. Más en particular, rechazan la idea de que la independencia no fue posible en octubre de 2017. Insisten en que el mandato del 1-O aún está vigente, y eso es lo que se propone capitalizar de cara al futuro.
Más pasado
Dempeus quiere reactivar la movilización de la base soberanista y planean convertir las próximas elecciones en un nuevo plebiscito. La meta es la clásica dentro del procesismo: recuperar la mayoría parlamentaria y declarar la independencia.
Además, plantean ejecutar medidas jurídicas y administrativas. Quieren dar forma, por ejemplo, a un nuevo estado desde el Parlament catalán. Pretenden asumir competencias fiscales, migratorias y territoriales. En realidad, esto no se aleja del actual relato procesista, que vende su política en Madrid como una manera de acercarse a la independencia.
Más allá de la anécdota, lo que revela este caso es que el fin del procesismo ha tocado la fibra en Cataluña. Después de años de control institucional, mediático e ideológico, el fin del relato procesista ha dejado a muchas figuras desamparadas. Es digno de destacar que el independentismo tal vez sea el movimiento político con una mayor fragmentación interna.
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