Una mujer hablando en un micrófono en un entorno formal con asientos rojos al fondo.
POLÍTICA

La CUP acusa a Junts de 'extrema derecha' mientras hace ojitos al PSC

Los anticapitalistas continúan con su estrategia: presentarse como el partido que le tuerce la mano al Govern

La CUP ha intensificado sus ataques contra Junts, al que acusa de alimentar a la extrema derecha con su cambio de estrategia. La diputada Laure Vega ha señalado que Junts está "dando gasolina a Aliança Catalana". Vega también ha criticado que Junts carezca de una "estrategia independentista" en Madrid y que solo piense en la confrontación simbólica.

Al mismo tiempo, los anticapitalistas han estrechado vínculos con el PSC en temas sociales clave. Este mes, por ejemplo, la CUP ha apoyado un decreto del Govern sobre vivienda impulsado por Salvador Illa. La medida busca regular el alquiler de temporada y endurecer sanciones a grandes propietarios.

Como es habitual en estos casos, Laure Vega ha defendido el respaldo a ese decreto como un logro de la CUP y no como una concesión. Asegura que fue el PSC quien se movió y no ellos quienes cambiaron su postura ideológica. Afirma que los pactos solo se repetirán si se hacen bajo sus condiciones y en materias estructurales.

Un hombre con gafas y traje oscuro habla en un podio con la palabra

El giro ha sorprendido a muchos, ya que la CUP históricamente ha rechazado acuerdos con partidos “de obediencia española”. Vega, sin embargo, sostiene que se trata de una estrategia útil, no de una renuncia a sus principios. "Ser útiles no significa dejar de ser radicales", ha recalcado la diputada en una entrevista reciente.

No hay espacio para todos

La CUP se encuentra en un momento delicado tras los datos del último CEO, que prevén un retroceso electoral. La formación podría caer a solo tres escaños, mientras ERC ganaría terreno en el flanco independentista. Esta pérdida de peso parlamentario podría dejar a la CUP fuera de toda ecuación relevante.

En este contexto, Procés de Garbí (la nueva hoja de ruta aprobada por el partido) cobra especial importancia. El documento apuesta por mantener el tono combativo pero aumentar la capacidad de incidencia. La CUP busca así no ser devorada ni por ERC ni por los comunes, sus principales rivales a la izquierda.

En definitiva, mientras critica con dureza a Junts, la CUP intenta colocarse como actor clave en el Parlament. No descartan nuevos pactos con Illa si se ajustan a su programa y no implican renuncias ideológicas. Eso sí, siempre marcando distancias con el “modelo liberal” que, dicen, representa Junts.

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