Un hombre con gafas y traje oscuro hablando en un entorno iluminado con luz azul.
POLÍTICA

Los catalanes pasan de Carles Puigdemont

Su reciente entrevista en TV3 tuvo solo 219.000 espectadores, cuando en 2018 atrajo casi un millón

TV3 entrevistó a Carles Puigdemont la semana pasada en prime time. Pese a no reconocerse como líder de la oposición, la televisión pública catalana le regaló la franja de máxima audiencia para lanzar su discurso. Los datos de audiencia evidencian el ocaso de su figura.

Hubo un tiempo en el que Carles Puigdemont arrasaba en las audiencias cada vez que aparecía en TV3. Esto ya no es así, pues la entrevista de la semana pasada tuvo un pobre dato de 219.000 espectadores y un 14% de share. Los catalanes prefirieron ver a David Broncano en TVE, que en la misma franja horaria cosechó 221.000 espectadores.

Una mujer y un hombre en un estudio de televisión están teniendo una conversación mientras una pantalla muestra una imagen de dos personas con mantas rojas.

Claro que quien no se consuela es porque no quiere. El director de comunicación de Junts, Pere Colom, sacó pecho por haber tenido más audiencia que Salvador Illa. En su primera entrevista como presidente de la Generalitat, en septiembre, Illa tuvo un pobre 9,8% de share (168.000 espectadores).

La cuestión no es que Puigdemont gane a Illa, sino que en 2017 el entonces President conseguía datos de audiencia de 615.000 espectadores. Su máximo récord fue en la entrevista de 2018, ya en el extranjero, cuando atrajo la atención de casi un millón de espectadores. El primer síntoma de desgaste llegó en la entrevista de 2020, cuando bajó a 445.000 espectadores.

Los catalanes, cansados de sus promesas

En la entrevista de 2017, Carles Puigdemont rebentó las audiencias prometiendo una Cataluña independiente y reconocida internacionalmente. Un año después volvió a ser entrevistado, y se mantuvo fiel al mandato del referéndum del 1 de octubre. En la entrevista de 2020 prometió que volvería a Cataluña si era investido presidente. 

El descenso de las audiencias coincide por lo tanto con el incumplimiento sistemático de las promesas por parte de Puigdemont. Es decir, los catalanes parecen haberse cansado de las promesas vacías del expresident. 

El desgaste de la estrategia del exilio culminó con la investidura de Pedro Sánchez, el año pasado. Aquello marcó un antes y un después en la relación de muchos independentistas con el líder de Junts. Desde entonces el divorcio es total, hasta el punto de que sus entrevistas en TV3 pierden todo el interés que antes suscitaban.

En la entrevista de la semana pasada, el expresident prometió romper con Pedro Sánchez si el PSOE no acepta la cuestión de confianza. Una promesa más, que ahora habrá que ver si cumple. Pero a tenor de las audiencias ni quierea despierta el interés de los catalanes, que parecen haber pasado página definitivamente del procés.

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