
La ANC y el Consell de la República salvan a ERC y Junts del caos de Rodalies
Vuelve el guion procesista de los últimos diez años: la solución es la independencia
El servicio de Rodalies ha vuelto a ser foco de críticas por su mal funcionamiento, un problema persistente que evidencia la ineficacia de la gestión política. En los últimos días, el caos en los trenes ha alcanzado su punto máximo, con una huelga que fue desconvocada a última hora. Esto solo ha servido para añadir un poco más de tensión entre unos usuarios que no dan crédito ante la cronicidad de este problema.
En medio de esta crisis, los principales actores procesistas, ERC y Junts, se han visto respaldados por los dos organismos cívicos más influyentes en el proceso independentista: la ANC y el Consell de la República. En un coro a cuatro a voces, el procesismo se ha movilizado para repetir el guion de la última década. Los problemas de Rodalies, dicen, se solucionarán solo con la independencia.

El caos de Rodalies, un reflejo de la ineficacia política
Por méritos propios, Rodalies es desde hace años el ejemplo más claro de la mala gestión política en Cataluña. Con un sistema obsoleto, constantes retrasos y una falta de inversión, Rodalies solo ha servido para el mercadeo y la confrontación política.
En este contexto, ERC ha vendido durante los últimos meses un presunto éxito negociador con el PSOE: el traspaso competencial de Rodalies a Cataluña. La nueva secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, llegó a decir en prensa que “con el traspaso de Rodalies estamos arrancando una muela al Estado”:
Como viene siendo habitual en la relación entre PSOE y procesismo, estos logros llegan muy aguados a Cataluña, cuando no son directamente falsos. En el caso de Rodalies, por ejemplo, el traspaso se quedará en la creación de una filial de RENFE que contará con una pequeña participación de la Generalitat. Y a pesar de la grandilocuencia con la que ERC presentó el acuerdo, al final será ADIF la encargada de gestionar las líneas.
La solución mágica: independencia
Sin descargo de las responsabilidades del Estado central, esta clase de situaciones le sirven al procesismo para arañar los restos del discurso de los últimos diez años. En este sentido, los dos entes procesistas por excelencia, la ANC y el Consell de la República, no han tardado en afinar el relato y calentar la calle.

Desde el Consell, cenáculo privado de Puigdemont envuelto en polémicas, “el caos de Rodalies es un ejemplo del maltrato del Estado Español a Cataluña”. Por su parte, la ANC habla de que “los problemas de Renfe son una consecuencia del espolio económico que sufre Cataluña”. Paralelo a esto, la ANC ha convocado huelgas bajo el lema “Por unos trenes dignos. Única vía: independencia”.
La previsible conclusión de este discurso es que “la única solución real es la independencia” (ANC) o “solo con la República Catalana tendremos la posibilidad de decidir y gestionar los recursos necesarios para hacer frente a nuestras necesidades de inversión” (Consell).
Mientras tanto, los usuarios, desconectados de la constante confrontación política, lidian con la ineficacia de un servicio básico para cualquier sociedad. Las imágenes en redes sociales de trenes y andenes desbordados son ya una constante. Esto explica que, al margen de la ANC y el Consell, varias organizaciones cívicas hayan convocado hasta ocho manifestaciones para este sábado.
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