Hombre con barba hablando en un micrófono sobre un fondo rosa con líneas oscuras.
OPINIÓN

Tormenta antidemocrática

Es muy preocupante que no haya habido una condena unánime al boicot que sufrió Iván Espinosa de los Monteros

Por cosas maravillosas que te depara la vida, de un tiempo a esta parte, imparto un curso de Educación Secundaria para Personas Adultas. Normalmente, los alumnos que se matriculan tienen una baja autoestima y ven la Universidad como un templo del saber al que nunca podrán llegar. Bastante tienen con retomar los estudios después de años alejados de los libros de texto.

Este concepto de la Universidad es el mismo que teníamos quienes un día ansiamos emprender estudios superiores. Pero ninguna idealización es buena, porque cuanto más alto se coloca el pedestal, más dura es la caída. Más aún cuando, en los últimos días, se han difundido noticias sobre profesores que advierten una bajada de nivel en los alumnos (recuerden que hasta hace poco decir esto era de profesor rancio) y sobre la irrupción de grupos encapuchados y enmascarados en la Universidad Complutense de Madrid. En nombre del antifascismo, como no podía ser de otra manera, estos grupos han impedido el desarrollo de un acto de Iván Espinosa de los Monteros.

El portavoz de VOX en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, con rostro serio, comparece ante los medios de comunicación, en el Congreso de los Diputados, a 8 de agosto de 2023, en Madrid

Desde mi punto de vista, lo verdaderamente grave ya no es la irrupción violenta de estudiantes que impiden la celebración de un evento porque no se puede garantizar la seguridad de los asistentes. Lo preocupante es que no haya existido unanimidad en condenar esta censura. El temor a un "ah, ¿pero tú apoyas a Espinosa de los Monteros?" hace que quien se atreve a defender la libertad de expresión lo haga con reservas. Todo esto explica la consolidación de un discurso oficial que, casualmente, coincide entre el Gobierno y los medios dependientes, y que, además, fomenta la autocensura. A nadie le gusta meterse en un lío, así que la mejor manera de evitarlo es no llevar la contraria.

Hasta hace poco, había incluso quien se atrevía a negar que existía una cultura de la cancelación. Pero, ante la evidencia de casos como el de Sofía Gascón, el negacionismo se hace insostenible. A menor escala, yo misma lo he sufrido: poco después de la masacre del 7 de octubre de 2023, me cancelaron una presentación de libro por mal tiempo. Cosas del cambio climático...

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