Hombre con gafas en primer plano, al fondo un avión volando y varias maletas sobre un fondo rosa
OPINIÓN

Illa Tours S. A.

El viaje del jefe del Govern a China respondía más a unos intereses partidistas que a los de Cataluña

Todavía no hace ni un año que Salvador Illa fue elegido president de la Generalitat, efeméride que se cumplirá la semana que viene, y el jefe del ejecutivo ya ha cogido más veces el avión que el tren de Rodalies, descuidando los problemas del día a día de Cataluña y priorizando su agenda internacional.

El pasado viernes, Illa y un numeroso grupo de acompañantes —desde el conseller de Exteriores hasta varios asesores y escoltas— pusieron punto final a una semana de gira por China, flanqueados en todo momento por personal diplomático del Estado español. Casi ningún presidente catalán, anteriormente, se había atrevido a realizar un viaje tan largo y tan lejano.

Hombre de cabello corto y gafas hablando frente a dos micrófonos con fondo de árboles desenfocados

El viaje del jefe del Govern a China —en algunos momentos accidentado— visitando tres países y reuniéndose con empresas bajo sospecha internacional por presunto espionaje, como Huawei, respondía más a unos intereses partidistas, del PSOE, que a los de Cataluña.

Con una voluntad creciente por parte de Pedro Sánchez de estrechar lazos comerciales con China, con José Luis Rodríguez Zapatero como intermediario, a nadie se le escapa que la visita de Illa al gigante asiático perseguía más una intención de contentar a Sánchez y Zapatero —con quienes pasará unos días de vacaciones en Lanzarote y podrá ponerles al día— que de defender los intereses comerciales, culturales o políticos de Cataluña.

Buena prueba de ello es la agenda pública del president durante su periplo por el país. Casi todos los compromisos tenían algún vínculo con el PSOE, el Gobierno español o el expresidente Zapatero. Y hablo de la agenda pública, porque seguro que la privada, la que no comunican, todavía incluía más contactos sospechosos.

Pero el de China no ha sido el único viaje que ha realizado desde que llegó a la presidencia, hace casi 365 días. Hace unas semanas también estuvo en Asia, con una delegación casi igual de numerosa que la que le acompañó en el último viaje, en aquel caso para visitar Japón.

El jefe del ejecutivo catalán, en estos meses en los que debería haber pisado todos los municipios de Cataluña para conocer su realidad y escuchar a sus vecinos, también ha estado en Italia o Bélgica, además de varios desplazamientos a Madrid para rendir acatamiento a Pedro Sánchez. La mayoría de estos viajes se han realizado en secreto y con destino único al Palacio de la Moncloa, o a distintas comunidades autónomas a modo de visita bilateral, para reunirse con sus homólogos y pedirles, sin éxito, apoyo al sistema de financiación singular para Cataluña.

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