
Jarro de agua fría para el Papa Francisco: La impactante confesión de Carla, su prima
La reflexión de la prima del Papa Francisco sobre su relación con él y los cambios que ha experimentado
En un pequeño pueblo del Piamonte, Carla Rabezzana sigue con atención las noticias sobre la salud de su primo, el Papa Francisco. Aunque hay señales de mejoría, la incertidumbre sigue presente. Desde la distancia, espera novedades con una mezcla de esperanza y preocupación.
El tiempo y las circunstancias han cambiado su relación. Antes, el contacto era frecuente, pero ahora depende de los medios para saber de él. A pesar de todo, el cariño sigue intacto y los recuerdos de tiempos pasados se mantienen vivos.

Preocupación por la salud del Pontífice
Desde su hogar en Portacomaro, Carla expresó su inquietud en una entrevista con National Catholic Reporter. "Esperábamos que el Papa Francisco no tuviera más recaídas, pero, por desgracia, siempre pasan cosas", comentó con resignación.
El Pontífice, ingresado desde el 14 de febrero debido a una infección pulmonar, ha mostrado una mejoría lenta pero constante. Según los médicos, ya no necesita ventilación mecánica para dormir y su oxigenación ha mejorado. Sin embargo, aún no hay una fecha estimada para su alta, lo que mantiene en vilo a sus allegados.
"Antes, las llamadas eran más habituales, pero desde que es Papa, todo cambió", explicó. La familia, que solía comunicarse con él con frecuencia, ahora depende de los medios para conocer su estado. Aunque en fechas importantes el Pontífice siempre se hace presente, la sensación de lejanía ha crecido con los años.

Una distancia que pesa
La última visita del Papa Francisco a Portacomaro, en noviembre de 2022, fue un momento especial para la familia. Carla recuerda con cariño aquel día lleno de emoción, en el que el Papa la saludó con una de sus bromas características. "Escucha, ¡no irás al cielo!", le dijo, al preguntarle por qué, él respondió con una sonrisa: "¡Porque eres pecadora!"
La relación entre ambos se forjó desde la infancia y se mantuvo a lo largo de los años, el Papa Francisco siempre encontraba tiempo para visitar a su familia cuando viajaba por Europa. En sus primeros años como jesuita, sus encuentros eran frecuentes y llenos de conversaciones animadas. Sin embargo, su elección como Sumo Pontífice marcó un punto de inflexión en su vínculo.

La noticia de su elección en 2013 sorprendió a Carla, que nunca imaginó que su primo llegaría tan lejos. "Puede que sea un honor ser pariente de un Papa, pero en el fondo, si no lo fuera, habría sido más feliz", confesó con melancolía. Para ella, el papado significó perder la cercanía con alguien a quien siempre había considerado parte fundamental de su vida.
A pesar de la distancia, Carla sigue pendiente de cada novedad y mantiene la fe en su recuperación. "Rezo por él todas las noches, como siempre, constantemente me dice: '¡Reza por mí!'. Ahora he aumentado el número de oraciones, pero siempre le digo: 'Señor, hágase tu voluntad'", concluyó, aferrándose a la esperanza de volver a escuchar la voz de su querido primo.
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