
Alberto de Mónaco y el secreto que Charlène acaba de desvelar: pelos de punta
Charlène de Mónaco y su crisis antes de la boda: "No sé si puedo hacer esto"
Alberto de Mónaco no se desliga de la polémica y los rumores. Ahora se ha sabido que la boda de Charlène de Mónaco y el príncipe Alberto estuvo a punto de no celebrarse.
Fue en 2011 fue un evento seguido por la prensa de todo el mundo. Aunque la ceremonia fue deslumbrante, pocos sabían lo que la novia vivió minutos antes de caminar hacia el altar. Ahora, el fotógrafo Julian Lennon ha revelado detalles desconocidos sobre ese día.
Charlène: un momento de duda inesperado
Charlène, exnadadora olímpica, estaba en plena sesión fotográfica cuando sufrió un ataque de ansiedad. Lennon, el hijo de John Lennon y Cynthia, fue el encargado de capturar las imágenes previas al enlace. En su libro ha contado lo que ocurrió en esos instantes.

Según relató en una entrevista con Forbes, la princesa se quedó inmóvil, mirando fijamente su reflejo. De repente, le confesó su angustia: "Jules, no sé si puedo hacer esto". El fotógrafo, sorprendido, le preguntó a qué se refería. "No puedo hacerlo, no estoy segura de poder hacer las fotografías, hay demasiadas distracciones", respondió ella.
El papel clave del fotógrafo
En ese instante, Lennon supo que debía calmarla. Le pidió que confiara en él y le propuso algo simple: "Este es un momento histórico; déjame ser solo una mosca en la pared". Charlène aceptó y, en apenas diez minutos, la sesión fotográfica se completó con éxito.
Entre todas las imágenes, hubo una que destacó: en ella, la princesa aparece mirándose al espejo con expresión de duda. Años después, Lennon la eligió para la portada de su libro. "La recorté de una determinada manera y pensé: ‘Dios mío, ahí está, es la princesa Grace, es la década de 1950’. Así que convertí todas las fotografías en blanco y negro", explicó.
Las emociones y los rumores de Alberto de Mónaco
Las lágrimas de Charlène durante la boda llamaron la atención. Muchos especularon que no eran de emoción, sino de tristeza. Sin embargo, ella ha desmentido esas teorías, asegurando que fue un día lleno de sentimientos intensos, pero no de pena.

La presión del evento era enorme, y ella misma lo reconoció en su octavo aniversario de bodas. "Estaba tan agotada que, cuando nos pusimos los anillos, intenté colocarlo en la mano equivocada. Alberto me dijo: ‘Cariño, es esta mano’ y yo pensé: ‘¡Oh, Dios! ¡Ojalá lo hubieras dicho antes!’", recordó.
También tuvo que enfrentar rumores sobre una supuesta fuga antes de la boda. Al respecto, se mostró tajante: "Dijeron que estaba huyendo. ¿A dónde? ¿Al lado oscuro de la luna? Nadie de fuera puede imaginar cuánta presión había sobre nosotros".
Una historia que sigue dando que hablar
Más de una década después, las imágenes de aquel día siguen generando interés. Lo que en su momento fue un evento público y protocolario, ahora se revela como una historia mucho más humana. La princesa Charlène, más allá del lujo y las apariencias, vivió una jornada de nervios e incertidumbre antes de dar el "sí, quiero".
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