
Ni Aitana Bonmatí ni Alexia Putellas: las miradas apuntan al mismo lugar, culpable
El tropiezo del equipo azulgrana en casa desata las dudas, dejando en el aire preguntas y señalando a un culpable
El Barça Femenino ha vivido un momento difícil. Tras más de seis años sin perder en casa, el equipo cayó 1-2 ante el Levante en el Estadio Johan Cruyff. Una derrota inesperada que ha generado muchas dudas y críticas.
El Barça jugó con su estilo característico: dominio absoluto de la posesión, circulación de balón y llegadas constantes al área rival. Sin embargo, la falta de acierto fue clave.
El Levante, en cambio, supo aprovechar sus oportunidades y, con dos goles en momentos clave, consiguió una victoria histórica. Un triunfo fundamental para ellas en la lucha por la permanencia, pero un golpe duro para el equipo azulgrana.

¿Qué falló?
Es inevitable preguntarse qué salió mal. Cuando un equipo de la talla del Barça Femenino sufre una derrota de este tipo, las explicaciones deben ir más allá del simple azar.
El problema no parece estar en el rendimiento individual de las jugadoras. Ni Aitana Bonmatí ni Alexia Putellas pueden ser las señaladas.
El equipo generó ocasiones, controló el partido y buscó el gol, pero sin éxito. En cambio, los errores defensivos y la falta de contundencia en el área contraria marcaron la diferencia.
Más allá del rendimiento de las jugadoras, la sensación general es que hubo fallos en la gestión del equipo desde el banquillo.
Pere Romeu, el principal señalado
La afición no tiene dudas sobre quién es el principal responsable de esta derrota: Pere Romeu. Desde su llegada, el técnico no ha logrado ganarse la confianza de los seguidores azulgranas. Sus alineaciones, la gestión de los cambios y sus declaraciones han sido muy criticadas.
Contra el Levante, su planteamiento volvió a ser discutido. Decidió dejar en el banquillo a dos jugadoras clave como Alexia Putellas y Ewa Pajor. Cuando el partido se complicó, las hizo entrar en el campo, pero para entonces la situación ya era difícil de remontar.

Tras el partido, Romeu aseguró en rueda de prensa que el equipo hizo un buen partido y que la derrota fue solo cuestión de detalles. Sin embargo, para muchos aficionados, sus palabras no fueron suficientes. Tener el control del balón sin conseguir la victoria no es aceptable en un equipo con las aspiraciones del Barça.
Un futuro incierto
La derrota ha generado muchas dudas sobre el futuro del equipo bajo la dirección de Pere Romeu. A pesar de seguir siendo un equipo muy competitivo, la confianza en el entrenador se ha visto afectada.
Si los resultados no mejoran en los próximos partidos, la presión sobre él seguirá aumentando. La temporada es larga y el Barça aún tiene margen de reacción, pero la afición ya ha señalado al principal responsable.
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