Un hombre con expresión seria, un termómetro de madera mostrando altas temperaturas en grados Celsius y Fahrenheit, un emoji de cara acalorada y un icono de advertencia en un fondo de playa.
EL TIEMPO

'Olas de calor más intensas': Mario Picazo lanza el aviso más temido para Cataluña

El conocido meteorólogo ha alertado de lo que podría acabar ocurriendo en Barcelona y Cataluña en los próximos años

Cada verano que pasa, salvo algunas excepciones, el calor se vuelve más presente en Cataluña. Las temperaturas suben, las noches se hacen más difíciles de soportar y la sensación de bochorno parece no tener fin. Lo que antes se consideraba excepcional, hoy se convierte en rutina.

En este contexto, las grandes ciudades enfrentan una amenaza silenciosa, y así lo ha comunicado el meteorólogo Mario Picazo en eltiempo.es. Son los llamados fenómenos de “isla de calor”, donde los materiales urbanos retienen la temperatura durante más tiempo. Esto convierte a entornos como Barcelona en auténticos focos de calor persistente.

Dos mujeres caminan bajo el sol intenso mientras una de ellas se cubre el rostro con un abanico y la otra con la mano, junto a un gráfico de sol y termómetro que indica altas temperaturas.

Barcelona, en el punto de mira de los meteorólogos 

En los últimos días, Mario Picazo ha compartido un duro aviso para la capital catalana. Según un reciente estudio liderado por Sergi Ventura, investigador de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), los veranos serán cada vez más calurosos. En las próximas décadas las olas de calor se volverán muy recurrentes y, en lugares como Barcelona, esto podría tener consecuencias muy serias.

El equipo científico utilizó simulaciones avanzadas para comparar la situación en el pasado (1991–2020) con proyecciones para los períodos 2041–2070 y 2071–2100. Los datos revelan que el aumento térmico no será homogéneo, pero sí muy marcado en áreas urbanas densas. De hecho, las predicciones más pesimistas hablan de picos de hasta 6 °C más que en la actualidad.

En palabras del propio Picazo, “las grandes urbes se están convirtiendo en auténticas ollas a presión durante el verano”. Barcelona, con una población de millones de personas, podría ver cómo las noches no bajan de los 32 °C en la costa. Las máximas podrían superar fácilmente los 45 °C en zonas interiores.

Una ciudad atrapada entre el cemento y el calor

Uno de los aspectos más alarmantes del estudio es la combinación de calor diurno y noches tropicales. Esta mezcla afecta directamente a la salud pública, y ya se ha visto reflejada en olas de calor recientes, donde la mortalidad en el área metropolitana subió hasta un 27 %.

Termómetro marcando alta temperatura junto a una señal de advertencia y una persona bebiendo agua en un día caluroso

El problema se agrava por la falta de ventilación natural en la ciudad. El asfalto, el hormigón y otros materiales urbanos absorben más calor de lo normal, lo cual incrementa la temperatura ambiente.

A eso se suma una humedad relativa más baja, hasta un 6% menos en los días más calurosos. En zonas como el Garraf, esta caída podría llegar al 16%, debido a la alteración de las brisas marinas, cada vez menos frecuentes y efectivas. Los modelos empleados muestran un futuro especialmente preocupante.

En este sentido, señala Mario Picazo, es más necesaria que nunca una buena planificación urbana en Barcelona. De lo contrario, ciudades como Barcelona quedarán atrapadas en un ciclo de calor cada vez más severo. Y si el mes de junio ya nos pareció un auténtico horno, que dicha situación se alargue durante semanas enteras es una posibilidad muy real.

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