La gran empresa que cerrará en España y dejará en la calle más de 600 trabajadores

En un giro inesperado, uno de los gigantes de los electrodomésticos ha tomado una decisión que afectará a cientos de familias españolas. La empresa BSH ha anunciado el cierre de su planta en Esquíroz, Navarra, dejando a más de 600 empleados sin trabajo. Este cierre es un golpe directo tanto para los trabajadores como para la región, y los detalles detrás de esta medida han encendido el debate sobre el futuro de la planta.

A pesar de las medidas tomadas por la empresa para intentar mejorar su competitividad, la planta de Esquíroz ha dejado de ser rentable. Ahora, la empresa se prepara para un proceso de consultas que se extenderá durante seis meses, mientras intenta encontrar soluciones para los afectados.

El cierre de la planta en Esquíroz

La planta de BSH en Esquíroz, Navarra, se especializa en la fabricación de frigoríficos y lavavajillas compactos. La decisión de cerrar este centro, que emplea a alrededor de 660 trabajadores, se ha tomado tras un análisis sobre la competitividad de sus fábricas, según el Diario de Navarra.

La empresa ha explicado que, a pesar de haber implementado mejoras en los últimos años, la creciente competencia y las dificultades del mercado han hecho que la planta no sea viable. La dirección de BSH ha asegurado que la medida no se ha tomado a la ligera y que durante los próximos meses se buscarán alternativas para los empleados.

El Gobierno de Navarra ha reaccionado con preocupación, ya que la noticia ha sido un "golpe inesperado" para la región. La presidenta, María Chivite, ha expresado su preocupación por los trabajadores y ha solicitado más detalles a BSH. Además, se están realizando esfuerzos para encontrar una solución que evite que la planta cierre sin más alternativas para los empleados.

Movilizaciones en defensa del empleo

Desde el anuncio del cierre de la planta de BSH en Esquíroz, los trabajadores han intensificado sus movilizaciones. El 21 de diciembre, una gran manifestación recorrió las calles de Pamplona, reuniendo a muchos de los 660 empleados afectados. El 2 de enero, los trabajadores se concentraron nuevamente frente a la fábrica con el lema "En defensa de nuestro empleo y futuro", reafirmando su rechazo al cierre.

La plantilla, con una media de edad de 50 años, ha mostrado su firme oposición a la medida. Los sindicatos ELA y UGT han anunciado que seguirán luchando para evitar que la planta cierre. Mientras que el Gobierno de Navarra también está en contacto con la empresa para encontrar soluciones y proteger los empleos.