
Walmart confirma los problemas en Estados Unidos: Target y Costco están atentos
Las cadenas minoristas americanas se enfrentan a una crisis sustancial que les hace temblar
Una ola de descontento recorre Estados Unidos. Del 7 hasta el 14 de abril, miles de ciudadanos han decidido pausar sus compras en Walmart como parte de un boicot nacional convocado por People’s Union USA. La protesta, que se extiende a farmacias, servicios de salud y plataformas como Walmart+, apunta a denunciar el poder económico de las grandes corporaciones.
Un llamado a la acción desde las redes
La iniciativa fue impulsada por John Schwarz, fundador del movimiento ciudadano. En TikTok, donde acumula casi 350.000 seguidores, lanzó el mensaje claro: “Siete días sin compras, sin pedidos, nada, esto no se trata de odio, se trata de estrategia, de nuestro poder”. Su propuesta busca generar conciencia sobre el rol que empresas como Walmart, Target y Costco tienen en el sistema fiscal de Estados Unidos.

Schwarz sostiene que estas compañías no están aportando lo suficiente en materia tributaria, mientras que los ciudadanos siguen soportando la mayor carga fiscal. “Queremos que estas corporaciones comiencen a pagar su parte justa de impuestos para que el pueblo estadounidense finalmente pueda aliviarse del peso del impuesto federal sobre la renta”, reclamó el activista. El objetivo es claro: visibilizar lo que consideran una desigualdad estructural en el que los beneficios de las grandes cadenas no se traducen en contribuciones equitativas al sistema.
Impacto esperado y antecedentes similares
Este boicot no es el primero ni será el último. Casos anteriores, como protestas contra Target por sus políticas de diversidad, ya han demostrado que los consumidores están dispuestos a reaccionar cuando sienten que algo no está bien. Pero esta vez, la protesta apunta a un espectro más amplio: justicia fiscal, concentración de poder y transparencia.
Algunos lo llaman “apagón económico”: la estrategia busca afectar las ventas y tráfico digital de Walmart, generando un golpe directo en sus cifras. Según Newsweek, acciones similares en el pasado lograron reducir significativamente la actividad comercial de compañías señaladas. El resultado de esta movilización aún está por verse, pero su alcance podría ser mayor de lo esperado.

Frente al movimiento, Walmart salió al paso con una defensa firme. La cadena emitió un comunicado dejando clara su postura. “Como uno de los mayores contribuyentes corporativos del país, no solo pagamos nuestra parte justa, sino que somos un multiplicador económico que fortalece comunidades en todo el país”.
Reacciones divididas y mensaje más allá de Walmart
La cadena también destacó su compromiso social. El año pasado, donó más de 1.700 millones de dólares en efectivo y productos a diversas causas humanitarias, desde respuesta ante desastres hasta el combate contra el hambre. Aun así, para muchos, esas cifras no son suficientes frente a las exigencias fiscales actuales.
Schwarz insiste en que el boicot va más allá de una marca y anima a los ciudadanos a reducir su consumo en grandes cadenas y a volcarse en el comercio local. “Este movimiento no está en contra de las personas, es para ellas. Nos levantamos unos a otros, protegemos nuestras comunidades y mostramos a los gigantes que no tenemos miedo de luchar”, afirmó en sus publicaciones.
Con este nuevo capítulo en la relación entre consumidores y grandes empresas, el mensaje es claro: los ciudadanos quieren ser escuchados. Y lo están intentando donde más duele: en la caja registradora.
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