Un hombre con suéter amarillo parece pensativo frente a una exhibición de teléfonos móviles, con un logotipo grande de T-Mobile en primer plano.
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Comprobado: el último mensaje de T-Mobile levantará ampollas en miles de americanos

Las medidas adoptadas por la empresa no han gustado demasiado y las redes sociales se han llenado de quejas

En el mundo de las telecomunicaciones, cada movimiento de una gran compañía puede causar un verdadero terremoto. Esta vez ha sido T-Mobile la que ha sorprendido a empleados y usuarios con una decisión que no ha dejado indiferente a nadie. Aunque, a simple vista, puede parecer una medida lógica, muchos dentro de la empresa no comparten el entusiasmo de los altos cargos.

De hecho, las redes internas ya se han llenado de quejas y mensajes que reflejan el creciente malestar de quienes trabajan en las tiendas. La nueva política del operador obliga a los empleados de sus tiendas físicas a mantener sus teléfonos personales fuera del área de ventas. Todo esto durante su jornada laboral, publica Phone Arena.

Según la empresa, esta decisión busca mejorar la experiencia del cliente. Evitando así distracciones y asegurando una atención más centrada y profesional. A simple vista, suena razonable: nadie quiere entrar a una tienda y ver al personal revisando redes sociales.

Montaje de fotos de una mujer sorprendida frente a una tienda de T-Mobile.

Sin embargo, el trasfondo de esta medida es mucho más complejo.

Los trabajadores de T-Mobile dan su versión

Para muchos trabajadores, el teléfono personal es una herramienta clave en el día a día. No solo lo usan por motivos personales, sino también para realizar tareas laborales. Por ejemplo, algunos representantes explican que necesitan su móvil para autenticar el acceso a sistemas internos cuando el sistema los desconecta.

También señalan que, en muchas ocasiones, recurren a Google u otras herramientas para responder preguntas de los clientes. Y es que los dispositivos corporativos como los iPads tienen restricciones de navegación.

Además, una de las principales quejas en las tiendas de T-Mobile tiene que ver con la app T-Life, obligatoria para muchas gestiones internas. Según varios empleados, esta aplicación suele presentar fallos y retrasa el proceso de atención al cliente entre 10 y 20 minutos por transacción. Por eso, muchos optaban por usar su teléfono personal para ganar tiempo y ofrecer una atención más eficiente.

Personas caminando y observando productos en una tienda de tecnología con un empleado revisando un dispositivo en el mostrador.

La medida ha sido vista por algunos como una decisión que ignora los verdaderos problemas que enfrentan las tiendas. Hay quienes piensan que T-Mobile está enfocando sus esfuerzos en detalles menores mientras desatiende cuestiones más urgentes. Las redes sociales y foros internos no entienden que una empresa de telefonía prohíba a sus empleados usar su teléfono.

Muchas dudas sobre el futuro

Este nuevo cambio ha desatado un debate más amplio sobre el futuro de T-Mobile y su aparente transición hacia un modelo más digital. Algunos empleados temen que estas decisiones formen parte de una estrategia para reducir la presencia física de tiendas. Y fomentar el uso exclusivo de canales digitales, como la app T-Life.

Esto podría suponer una disminución progresiva de personal y una apuesta total por la autogestión del cliente.

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