
La Síndica pide readmitir a presos violentos en las cocinas de las cárceles catalanas
Esther Giménez-Salinas se ha mostrado muy preocupada por los derechos de los internos
El 13 de marzo se cumplirá un año del asesinato de Núria en la cárcel de Mas d’Enric, donde trabajaba como cocinera. Murió a manos de un preso que también trabajaba en la cocina. Aquel trágico suceso evidenció la falta de seguridad de los funcionarios de prisiones, y llevó a la Consejería de Justicia a vetar el acceso de los internos más violentos a lugares de riesgo como las cocinas.

Un año después, la Sindicatura de Greuges insta a la Generalitat a revocar el veto y volver a permitir el acceso de presos violentos a lugares de máximo riesgo. Lo ha hecho en el Informe Anual del Mecanismo de Prevención de la Tortura. La síndica Esther Giménez-Salinas ha presentado las conclusiones del informe este lunes en el Parlament.
La Sindicatura de Greuges le cuesta a los catalanes 7,3 millones de euros al año, de los cuales 6,3 son para sueldos. El organismo se dedica a practicar el buenismo con la seguridad y a preocuparse por los derechos de los presos y olvidarse de los funcionarios.
Informe delirante
La Sindicatura considera que vetar el acceso de presos violentos a potenciales armas como cuchillos es “una restricción de los derechos de los reclusos”. Para este organismo, la forma de garantizar la seguridad no es restringiendo el acceso de los internos a las cocinas. Sino “aplicar medidas de control, y quizás ampliar las que ya existen”.
Sugiere instalar cámaras y arcos metálicos, reforzar los registros y sujetar los instrumentos peligrosos a las mesas de trabajo. “La seguridad de los internos y la de los funcionarios no tienen porque estar reñidas”, dijo la síndica. Y resaltó el trabajo en la cárcel como un derecho fundamental de los reos que debe ser restituido.

Insistió en que la gravedad de los delitos que haya cometido el preso no puede ser razón para apartarle automáticamente del puesto de trabajo. Por eso recomienda la readmisión inmediata y con carácter retroactivo de los presos peligrosos a lugares de trabajo de riesgo.
Sugieren que se meta ella en la cocina
Las recomendaciones de la Síndica de Greuges han causado indignación. Vox la acusa de “poner a los delincuentes por delante de las víctimas y de la seguridad de los funcionarios públicos”. Consideran que el organismo no ha tenido en cuenta el asesinato de Núria ni el aumento exponencial de las agresiones a funcionarios de prisiones en Cataluña.
"Síndica de Greuges de algunos, no todos tenemos los mismos derechos ni nos sentamos en su mesa", apunta un catalán indignado. Es uno de los mensajes que se han sucedido en X. Llaman "tarados" a la sindicatura, y sugieren que sea la síndica quien se meta en la cocina con presos violentos.
Una agrupación de funcionarios pide "actuar con justicia ante el aumento de las agresiones que estamos sufriendo".
El sindicato Presons CSIF también ha estallado. "Los trabajadores penitenciarios también somos personas y necesitamos la defensa acérrima por parte de nuestras instituciones. ¿Quién nos defiende de usted? Despilfarro de dinero público con su sueldo".
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