Un hombre con gafas y traje oscuro gesticula mientras habla en un entorno formal.
POLÍTICA

Salvador Illa cede terreno ante los Comuns en materia de vivienda

El mercado inmobiliario acumula cada vez más tensión en Cataluña y ahora se le añade el régimen sancionador

“Cataluña será la primera comunidad autónoma que dispondrá de un régimen sancionador ante los que quieran especular. La ley se tiene que cumplir y las viviendas son para vivir”, así se expresaba ayer el presidente Illa en sede parlamentaria. Estas palabras no solo revelan un compromiso político, sino también un compromiso ideológico.

El énfasis en la “especulación” es el resultado de que el PSC somatice la presión de la izquierda con el problema inmobiliario. Se trata del gran tema que han encontrado las izquierdas soberanistas para poner freno a su aguda decadencia electoral. En este contexto, el régimen sancionador era una de las exigencias prioritarias de los Comuns. Por esta razón, ahora explotan en redes y en medios de comunicación el éxito que se han anotado.

Mujer hablando en un micrófono durante un evento.

“Aprobar el régimen sancionador es imprescindible para garantizar que nadie se salte la regulación de los precios de alquiler. Por fin el presidente Illa nos ha escuchado. Ahora hace falta que este régimen sancionador entre en vigor este enero y acompañarlo con un cuerpo de 100 inspectores. No podemos perder ni un minuto más”, decía ayer la diputada Albiach, adjuntando una imagen triunfal:

De esta manera, Illa acumula medidas para intentar controlar el problema inmobiliario y al mismo tiempo mantiene la estabilidad política del tripartido. Junto al proyecto (muy ambicioso) de 50.000 viviendas y 4.400 millones en inversión, se añade ahora un cuerpo de inspectores. De hecho, como remarcó el presidente Illa, Cataluña será la primera comunidad autónoma en sancionar las faltas de la ley de vivienda.

Más tensión para el mercado

Este régimen sancionador no deberá tener “ninguna rendija”, dijo la diputada Albiach. Estas declaraciones son muy sintomáticas de la escasa eficacia de la regulación inmobiliaria. Porque si había “rendijas” en la ley es precisamente por ineficacia de la ley.

Pero la razón de esta ineficacia no está solo en la mala implementación legal, sino fundamentalmente en la realidad inmobiliaria de Cataluña. Y es que si el mercado percibe rentabilidad en sortear la ley (habitaciones o alquiler temporal) es porque la demanda no decrece. La razón básica de esta saturación de demanda es la concentración poblacional y, subsidiariamente, una falta crónica de vivienda pública.

Un cartel de 'Alquila' de una inmobiliaria, en un portal del distrito de Embajadores, a 14 de abril de 2023, en Madrid (España)

Si se mantiene la presión de demanda y el intervencionismo, el mercado va huyendo a parcelas  libres hasta que finalmente termina en el mercado negro o en dinámicas propias del mercado negro. Antes, sin embargo, es habitual una retirada de la oferta o una traslación hacia la compraventa, que perjudica a los más vulnerables porque no están capitalizados. Esto último ya lo advirtió ESADE a propósito de la ley catalana de alquileres de 2020.

Y la retirada de la oferta ya la vimos hace poco. Los primeros datos oficiales del Departamento de Territorio mostraban una caída de los contratos de arrendamiento del 13%. Esto lleva a una espiral intervencionista en tanto que cada vez hace falta más regulación para ir quitándole margen de maniobra al mercado.

Finalmente, esto explica que las medidas más radicales (la expropiación, por ejemplo) lleguen precisamente cuando el mercado está peor. Es decir, cuando se ha agotado todo el arsenal regulador. Y en estos momentos, en Cataluña ya hay sindicatos que piden explícitamente vivienda universal o rebajas de precios del 50% por decreto. 

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