Dos personas con expresiones serias frente a un fondo negro con una figura blanca en forma de X.
POLÍTICA

¿Por qué los políticos de izquierdas se van de Twitter?

'Las redes sociales le han dado la vuelta a la tortilla y no pueden soportarlo', dice un experto

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha desatado el pánico entre los políticos y medios del establishment. Esta semana hemos asistido a una sucesión de pataletas y exabruptos que denotan un gran nerviosismo. Elon Musk y su red social, X, han sido una vez más el foco de las iras de una izquierda que siente perder su hegemonía.

Los primeros en reaccionar fueron la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que anunciaron que abandonaban X. Luego fue Sumar, quien anunció que dejaría de utilizar esta red social para transmitir sus comunicaciones.

Un hombre con traje formal y expresión seria en un evento.

El detonante fue el polémico gesto de Elon Musk durante el desfile presidencial de Trump, que muchos relacionaron con el saludo fascista. "Después de lo que vimos con Elon Musk ha llegado el momento de salir de ahí y no seguir fomentando el odio", dijo Yolanda Díaz. Urtasun cargó contra X como "altavoz de una oligarquía de extrema derecha y sus tentáculos que fomentan el odio y la desinformación".

Semanas atrás, otros medios y políticos de izquierdas anunciaron que abandonaban X por haberse convertido en un medio de propagación de bulos. Algunos, como Yolanda Díaz y Ernest Urtasun, se fueron sin irse y siguen sin cancelar sus cuentas.

Otros, como Gabriel Rufián, llaman nazi a Elon Musk mientras le pagan 115 euros por utilizar la cuenta premium de X.

¿Por qué se van?

Quien ha dado en el clavo para responder esta pregunta ha sido el ingeniero y experto en datos y gráficos Jon González. Merece la pena detenerse unos instantes para leer su reflexión.

Para él, “toda esta espantada se debe exclusivamente a que esto ha dejado de ser un monólogo y ha empezado a ser una conversación”.

En clara alusión a Yolanda Díaz, dice que “cuando eres ministra y vas a un medio te hacen sus preguntas, respondes y nadie te rebate”. También “sacas una nota de prensa” y los medios “copian palabra por palabra lo que has escrito”.

Además, también pone de manifiesto la falta de interacción entre los políticos y los medios, por un lado, y los ciudadanos, por otra. “La única interacción posible era escuchar, ver o leer”, afirma.

Jon desliza que el motivo del enfado de la izquierda es que se les ha acabado el monopolio. “Con las redes sociales sueltas tu mensaje, y si tiene fallos o sesgos, por muy ministro o experto que seas, puede venir cualquier y rebatirlo con buenos argumentos”.

"Esto le da la vuelta a la tortilla", concluye, "y alguno no puede soportarlo".

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