La imagen que explica cómo el estado desincentiva que aumenten los salarios en España
Los costes empresariales se han disparado por encima de sus posibilidades
La corrupción y la debilidad parlamentaria mantienen al Gobierno de Pedro Sánchez al borde del desastre. Más allá de eso, sus supuestos éxitos económicos han dado paso a un descontento cada vez más generalizado con la situación económica. Las clases medias cada vez tienen más difícil llegar a final de mes.
Hay muchos factores que influyen en ello. Pero sobre todo el insuficiente aumento de los salarios en comparación con el encarecimiento del coste de la vida. Esto abre un debate que ha intentado resolver el experto Pablo Gil en X (Twitter).
Pablo Gil es economista experto en bolsa e inversiones. Ha trabajado al más alto nivel con los principales bancos de España (BBVA, Santander), y es un perfecto conocedor de la materia. Atención a lo que apunta este experto.
Muchos españoles se quejan de que los salarios no crecen lo suficiente, mientras que los empresarios se quejan de que es muy caro contratar. ¿Quién tiene razón?
Probablemente ninguno de los dos, apunta este experto, señalando el abuso impositivo como fuente de todos los problemas. "Simplemente tenemos una carga de impuestos tan brutal que los empresarios tienen que pagar mucho pero lo que llega al trabajador es poco", explica.
A ello se añade la insatisfacción por el mal funcionamiento de los servicios públicos.
"Si esos impuestos sirvieran para tener una sanidad mejor, una educación más eficiente y mejor atención a las víctimas en momentos de crisis... Probablemente aceptaríamos estos impuestos con mejor cara. Pero por desgracia no es lo que estamos viendo en España desde hace tiempo", apunta este experto.
Se disparan los costes empresariales
Hace tiempo que los empresarios advierten de que los altos costes desincentivan la contratación y el aumento de los salarios. Esto, sumado a los altos impuestos, redunda en la falta de poder adquisitivo de los trabajadores. No solo disminuye el ahorro, sino también el consumo.
Muchos consideran el coste empresarial como un impuesto encubierto que se come la subida de los salarios. El aumento de las cotizaciones ha hecho que los costes empresariales se hayan disparado casi un 20% más que la subida de los salarios. Algo insostenible para muchos empresarios, que no contratan o no pueden subir los salarios.
Es decir, en la práctica la subida de los salarios no va en beneficio de los trabajadores sino a las arcas del Estado. Todo, para seguir financiando unos servicios públicos cada vez de menos calidad.
Las empresas pagan ahora 1.500 euros más por trabajador que hace cinco años. Se trata pues de más gasto público a cuenta de la productividad y la competitividad, y menos prosperidad en beneficio de la partitocracia y el electoralismo.
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