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Entidades amigas de Ada Colau reciben más de 13 millones en subvenciones desde 2016
Jaume Collboni mantiene el grifo abierto por miedo a una rebelión de este entramado cívico-asociativo
El PP de Barcelona ha denunciado que el gobierno de Jaume Collboni ha regalado 500.000 euros en subvenciones a las entidades colauistas desde 2023. El Observatorio DESC y Espai Ambiental han sido las más beneficiadas con 175.218 y 137.139 euros respectivamente.
Es solo la punta del iceberg del enriquecimiento de estas fundaciones durante los ocho años del gobierno de Ada Colau.

2016 fue un año clave en la consolidación de esta constelación de plataformas que tenían como misión apuntalar el poder de los Comuns en Barcelona.
Estas entidades han seguido actuando como fuerza de choque de los Comuns en la oposición. Esta podría ser la razón por la cual el PSC sigue financiando a estas entidades, para evitar romper la paz social.
En 2016 el gobierno de Ada Colau multiplicó las subvenciones a entidades amigas, en especial el Observatorio DESC, Enginyeria sense Fronteres y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). El Observatori pasó de 150.000 euros en 2015 a 254.777 euros en 2016 y 267.016 euros en 2017. Enginyeria sense Fronteres pasó de recibir 214.437 euros en 2015 a 321.920 en 2016 y 385.175 en 2017.
Más de 13 millones, y podrían ser muchos más
El Observatori DESC ha recibido 1,1 millones desde 2019 en subvenciones, mientras que Enginyers sense Fronteres se ha llevado poco más de un millón. Colau también aumentó generosamente la dotación para la FAVB, que en ocho años habría recibido 3,9 millones. Colau formó parte tanto de el Observatori DESC como de la FAVB.
Además habría otras entidades beneficiadas como la Alianza contra la Pobreza Energética (APE) y el Ateneu Cooperativo de Barcelona (Coòpolis). Este último caso también fue llamativo. La entonces alcaldesa de Barcelona inyectó 7,4 millones de euros a las empresas de economía social y cooperativa que albergaba Còopolis.
En total, más de 13 millones de euros que podrían ser muchos más sumando al resto de entidades y asociaciones próximas a los Comuns. La exalcaldesa ya fue investigada en su momento por la supuesta concesión de subvenciones para beneficiar a entidades afines.
Un sistema de poder
El escándalo de las subvenciones deja al descubierto la forma como los Comuns intentaron apuntalar su poder en Barcelona. Se trataba de un sistema de trasvase de altos cargos y favores entre el partido, el gobierno municipal y las entidades sociales.
El caso más evidente es el del Observatorio DESC, una organización no gubernamental fundada en 1998 para defender los derechos humanos. En 2009 la entidad empezó a trufar de dirigentes que luego tomarían las riendas del ayuntamiento de Barcelona. Entre ellos Gerardo Pisarello, Jaume Asens y la propia Ada Colau.
El Observatorio sirvió como laboratorio de las políticas transformadoras que luego aplicó el gobierno de Ada Colau. La entidad defiende que “la promoción de los derechos humanos por parte de las administraciones públicas es sinónimo de salud democrática”. En este caso les ha reportado además una inagotable fuente de ingresos durante años.
Otro ejemplo es el de Enginyeria sense Fronteres, entidad liderada durante años por el exconcejal y actualmente diputado en las Cortes Eloi Badia. Esta entidad se unió al Observatori DESC, la PAH y la APE contra la querella por supuestas irregularidades en la concesión de subvenciones. Consideraron que era un “ataque político” a Ada Colau y a las entidades sociales y cooperativas de Barcelona.
Collboni mantiene las subvenciones
La oposición siempre ha criticado duramente este sistema de poder con el que el colauismo tejió una red clientelar que le fuera favorable en las elecciones. Jaume Collboni llegó a la alcaldía en 2023 con la intención de romper con la herencia colauista. La izquierda le acusó de estar más cerca del modelo de Xavier Trias que del de Ada Colau.
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El mantenimiento de las subvenciones a las entidades colauistas ponen en cuestión la voluntad de ruptura con la etapa anterior. Aunque las razones podrían ser de orden práctico. Desmantelar este entramado de asociaciones afines a Colau podría destapar una guerra soterrada que no conviene al PSC.
Pese a la distancia actual entre el PSC y los Barcelona en Comú, estos siguen siendo un aliado estratégico que Collboni no quiere perder. Mantener la paz con las entidades sociales también es clave para la estabilidad del actual gobierno. Y estas entidades siguen férreamente controladas por los Comuns.
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