
El Ayuntamiento de Lérida da marcha atrás con el menú halal del comedor social
La nueva licitación permitirá servir cerdo y no se adaptará a la ley islámica
El gobierno municipal de Lérida ha rectificado su decisión sobre los menús del comedor social, que en la anterior licitación exigía carne halal. El nuevo pliego de condiciones, publicado esta semana, permitirá servir cerdo en los menús y no requerirá que la carne tenga certificado halal.
Este cambio se produce después de las críticas recibidas por la medida anterior. En la licitación pasada, se solicitaba explícitamente que la carne de cerdo no se incluyera en los menús, y que todos los productos cárnicos estuvieran certificados como halal. Los usuarios del comedor social debían recibir comida que cumpliera con los requisitos de la ley islámica.
El pliego de la nueva licitación establece que se podrá servir cerdo, siempre que provenga de empresas locales situadas a menos de 100 kilómetros. Esta opción se valorará positivamente en el proceso de adjudicación, con un máximo de seis puntos por ofrecer carne de cerdo de proximidad. Además, se dará preferencia a los productores que utilicen la Marca Horta de Lérida, incentivando los productos locales.

Una polémica espinosa
La rectificación ha generado un debate en la ciudad. En el pliego de licitación anterior, el ayuntamiento argumentó que la inclusión de carne halal era necesaria para respetar la diversidad cultural de la población. Además, intentaba evitar que el comedor tuviera que recurrir a varios proveedores para cubrir todas las necesidades de los usuarios.
La medida anterior también especificaba que la carne debía ser sacrificada siguiendo el ritual halal, lo que implica una serie de condiciones que no se ajustan a las prácticas alimentarias locales. La decisión de ofrecer solo carne halal había sido criticada por productores de cerdo, quienes consideraban que se estaba favoreciendo una dieta sin productos locales. Así mismo, el sacrificio halal tampoco se adapta a las normas europeas de bienestar animal.

El Ayuntamiento (PSC) defendió su postura argumentando que el menú debía adaptarse a las necesidades de los usuarios, que en su mayoría eran personas con diferentes orígenes culturales. Sin embargo, la medida suscitó un rechazo generalizado entre la oposición política y algunos sectores productivos de la ciudad. El cambio de enfoque en esta nueva licitación se ha considerado una respuesta a esas críticas.
La rectificación también pone de manifiesto la tensión entre las políticas de inclusión cultural y el respeto por las tradiciones locales. En muchas ciudades de Cataluña, se está llevando a cabo un debate sobre cómo adaptar los menús en los comedores sociales para satisfacer las necesidades de los diversos grupos de la población.
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