
Arranca un nuevo curso en el Parlament marcado por la guerra entre bloques
Hoy se celebra el primer pleno parlamentario enmedio de un clima de división y tensión política
Esta tarde arranca el segundo curso de la XIV legislatura en el Parlament de Cataluña. Para el Govern tiene que ser la legislatura de la estabilización, que le obligará a estrechar aún más sus lazos con sus socios de izquierdas. La oposición, pese a su división, espera que la legislatura sea un punto de inflexión para el cambio político en Cataluña.
El primer curso fue de reubicación ante el cambio de color político en el gobierno y el aumento de la fragmentación y la complejidad en el hemiciclo. Vimos a un gobierno socialista en minoría que se dejó arrastrar hacia la izquierda por sus socios. Un gobierno débil y sin presupuestos al que, sin embargo, se aprovechó de la división de la oposición.

La legislatura empezó con un tripartito (PSC-ERC-Comuns), y cerró el primer curso prácticamente con un cuatripartito gracias al apoyo de la CUP. La vivienda, la seguridad y la inmigración estuvieron en el centro de la agenda política.
Hubo además el escándalo de la DGAIA. Y la actualidad política vino marcada por la tensión, las agresiones a militantes y líderes políticos, y la censura ejercida por el presidente de la cámara.
El segundo curso arranca marcado por la tensión política, la división entre bloques y el lastre del bloqueo político para la actividad parlamentaria. Es previsible que el PSC estreche los lazos con ERC y Comuns, y que haya un acercamiento con la CUP. Por otro lado, en la oposición se prevé una mayor competencia entre PP y Vox, y entre Junts y Aliança Catalana.
En cuanto a la acción parlamentaria, toda la atención se centrará en la aprobación de los presupuestos. Esto será clave para el despliegue de las medidas estratégicas del Govern Illa para la “gran transformación” de Cataluña. La oposición intentará desgastar al gobierno, con la inseguridad y la crisis migratoria como principales acicates.
PSC, presupuestos y consolidación
El PSC busca no solo consolidar la mayoría progresista sino ampliarla con la incorporación de la CUP. Su prioridad ahora es la aprobación de los presupuestos, y que la cosa de momento no pinta bien. Comuns y ERC, descontentos con la marcha de los acuerdos en vivienda y financiación singular, mostraron ayer mismo su inclinación a rechazar los presupuestos.
El rechazo a las cuentas abriría un escenario muy crítico para el PSC, pendiente además de una posible caída del Gobierno socialista en España. Illa quiere presupuestos para acelerar en materia de vivienda, seguridad y servicios públicos. Sus prioridades son aliviar el colapso sanitario, reducir el fracaso escolar y consolidar el crecimiento económico.
ERC, en pleno giro ideológico
Será también un segundo curso intenso para ERC, que querrá marcar de cerca al Govern en clave independentista. Los republicanos intentarán marcar la agenda del Govern con temas como la lengua, el autogobierno, la financiación y el traspaso de Rodalies.

Pero también imprimirá a su discurso el giro ideológico iniciado por Junqueras en seguridad e inmigración, en busca de la nueva centralidad. Este curso estará también marcado por la comisión de investigación sobre el escándalo de la DGAIA, que saplica a ERC. En el trasfondo estará la lucha interna entre sectores que amenaza con debilitar aún más al partido de Oriol Junqueras.
Comuns y CUP quieren más influencia
El bloque progresista se completa con la presencia de dos partidos que buscarán ser más influyentes en las políticas del gobierno socialista. Se trata de los Comuns y la CUP, que intentarán presionar al PSC para asumir sus postulados radicales en temas de vivienda o fiscalidad. También querrán imprimir con más determinación su sello en temas ideológicos como Palestina.
Junts y la necesidad de liderar la oposición
Junts abre nuevo curso parlamentario con nuevos portavoces cuya misión es imprimir más carácter para liderar la oposición. Con Mònica Sales al frente, el partido acentuará la crítica a la "normalización" del Govern y sus intereses "contrarios" a Cataluña. Más allá del plano nacional, Junts intensificará sus críticas a la deriva ideológica y económica del PSC en manos de la CUP y los Comuns.
Junts quiere acentuar su giro a la derecha presionando en temas como el modelo económico y la fiscalidad. También seguirá disputando temas como la seguridad y la inmigración para frenar el avance de Aliança Catalana. En el trasfondo está también su lucha interna entre Puigdemont y sectores cada vez más descontentos con su dirección.
Oposición marcada por la rivalidad PP-Vox
La acción de la oposición vendrá marcada por la rivalidad entre PP y Vox. Lo cual no tiene porqué ser un inconveniente, ya que en Cataluña la relación entre ambos partidos es más cordial. Vox seguirá centrado en denunciar la islamización y el impacto negativo de la inmigración en los barrios. El PP se centrará más en la inseguridad, sobre todo en la okupación, además de la fiscalidad.

PP y Vox unirán fuerzas en la denuncia de las concesiones del PSC al independentismo. Alejandro Fernández y Juan Fernández emergen como líderes del PP, mientras que en Vox el liderazgo de Ignacio Garriga y Joan Garriga combina con la figura ascendente de Júlia Calvet.
Aliança Catalana quiere apuntalar su éxito
Este nuevo curso será clave para la evolución del crecimiento de Aliança Catalana, a quien las encuestas ya dan 19 diputados. En este sentido será muy importante ver si Josep Rull sigue censurando al partido y si los partidos mantienen el cordón sanitario. Esto beneficia a Sílvia Orriols, que además ha demostrado ser la diputada más en forma del Parlament.
Orriols ha conseguido rentabilizar sus enfrentamientos a Salvador Illa en el turno de preguntas al President, en las sesiones parlamentarias. Hoy tendremos oportunidad de ver la tónica tanto de Illa como Orriols en este nuevo curso. Por lo demás, Aliança Catalana seguirá marcando la agenda con temas como la inmigración, la fiscalidad y la crítica a la partitocracia.
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